Nota 9 sobre 10
Con un juego de palabras incluido en el título: Back (de retorno, en inglés) y Bach (el compositor) y Àbac en referencia a los números, a la matemática intrínseca de la música), así comienza este juego de danza, dedicado al compositor barroco alemán Johann Sebastian Bach y que está enfocado a todos los públicos.
La clave que nos propone su creadora, la coreógrafa Àngels Margarit, recién estrenada directora del Mercat de les Flors de Barcelona, es una mezcla de danza y de circo, donde la música va a interactuar con los siete bailarines, a modo de representar incluso, cada uno de ellos, un fragmento musical e incluso convertirse él mismo, en instrumento o melodía en movimiento.
Una sensacional propuesta representada en el Mercat de les Flors de Barcelona
Como si fueran teclas de un imaginario órgano, o el teclado de un piano abstracto, pero no por ello, menos real, así se definen los movimientos de los bailarines sobre un escenario vacío y blanco. La única nota de color, va a ser la de los trajes que llevan, pues cada uno de ellos va vestido de un color diferente, dando así, un tono lúdico a la pieza. Recordemos, siete notas musicales existentes, que corresponden a los siete bailarines, que se mueven en el escenario.
Los movimientos son festivos, ligeros y etéreos, en la primera parte, y se inspiran en el juego de espejos infinitos, de las ilustraciones del dibujante y pintor holandés M.C. Escher, con composiciones laberínticas, que juegan con nuestra percepción de la realidad.
En la segunda parte, entran a escena unos bloques de madera, sobre los cuales, los bailarines, a modo de mecano, crearán arquitecturas efímeras, que irán desmontando, para fraguar otras nuevas. Sobre ellas, llevaran a cabo diversos juegos de equilibrio, algunos con toques circenses e incluso de prácticas propias del yoga, todo ello sazonado, de un tono lúdico, del que se nutre esta propuesta.
Es muy destacable, a nuestro modo de ver, la naturalidad con la que conecta tanto al público adulto, como al público infantil, obviando casi por completo, la trillada propuesta cómica y facilona, que se les suele ofrecer a los niños en dibujos animados y cómics, y decantándose hacia el juego tradicional, el juego con bloques de madera, y el juego que incluye a compañeros de juego, que se acerca más al del patio de colegio o al del parque infantil.
Explorar las melodías, las formas geométricas creadas con el propio cuerpo y los límites del equilibrio, externo e interno, en un juego de creación, lúdico y pedagógico sin fin, es lo que define, a esta sensacional propuesta representada en el Mercat de les Flors de Barcelona.