Crítica «Barcelona»

Nuestra opinión

Y cuando el gris invade nuestro mundo, nos salen las garras, la sangre y los colmillos. La supervivencia se antepone a nuestra humanidad, a nuestro sentido de civilización y a nuestras normas de conducta. Cuando el mundo se rompe a pedazos ¿qué se supone que tienes que hacer? Tirar hacia adelante, sea como sea, pero seguir caminando.

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Ante los gritos, tapones en los oídos. Ante la sangre, el mejor detergente del mercado. Ante la muerte, unas deliciosas «patates al caliu». Seguir adelante aunque todo se derrumbe. Continuar con tu vida aunque columnas de humo acechen la ciudad. O quizás no, quizás la solución sea dejar todo por lo que has luchado y marcharte lejos, muy lejos, tanto que no vuelvas a percibir el hedor a quemado, a metralla, a guerra. O quizás tengas que calzarte tu peor traje y salir a las trincheras, gritar con toda tu alma y llorar hasta se te sequen los párpados. O quizás…

Las ganas de vivir de Nuria (Miriam IScla) y Elena (Emma Vilarasau), las protagonistas de «Barcelona«, hacen que cada una tome rumbos distintos: una decide permanecer en la ciudad que la ha visto crecer y por la que tanto ha luchado, la otra prefiere salvarse a sí misma exiliándose en Francia. Este desacuerdo en momentos tan duros como son los anteriores a la Guerra Civil Española hace que ambas amigas se separen y se distancien durante más tiempo del que querrían. El regreso de Elena a Barcelona es el desencadenante de la trama de «Barcelona«.

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El TNC acoge una emotiva obra que nos traslada a la Barcelona decaída, a la Barcelona con los sueños rotos, a la Barcelona que, por mucho que lo intente, ya no tiene fuerzas. Y ante esta devastadora situación llega Elena, una antigua amiga de la familia recién llegada de Francia. «Barcelona» es el relato de un día, el 17 de marzo del 1938, día en el que las bombas destrozaron la ciudad de Barcelona siendo, este, uno de los días más trágicos de la historia. Más de 2.500 personas murieron sólo ese día. El día en el que el sueño de la república dejó de existir para dar paso al inicio de la dictadura, el inicio en el que Cataluña empezó a perder su intenso brillo.

Miriam Iscla y Emma Vilarasau hacen un trabajo espectacular. La contraposición de ambos personajes nos muestra dos maneras distintas de sobrevivir, de querer vivir por encima de todo, pese a las bombas, pese a la lluvia de sangre y pese al ruido ensordecedor. Ese amor a la vida, a la vida que les quieren arrebatar, hace de «Barcelona» un cántico a la libertad y al derecho a vivir.

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Pere Riera – Autor de «Barcelona»

La nueva obra de Pere Riera consigue que el corazón se ponga en un puño. Un puño de rabia, de dolor, de tristeza e indignación. Un puño que nos sale hoy también porque estamos viviendo una situación en la que la esperanza está por debajo del suelo, en la que las el gris se ha vuelto a apoderar de nuestros días y en la que los jóvenes sólo tienen dos caminos: o quedarse quietos en su ciudad o marcharse y probar suerte en otros lugares. Un paralelismo que el propio dramaturgo deja claro en la entrevista realizada por TNC:

TNC: Veus, així doncs, un vincle entre aquella Barcelona i la situació que estem vivint?

PR: Pot sonar exagerat, però el cert és que, mentre em documentava per escriure Barcelona, em va venir aquesta sensació. Com més llegia sobre aquest país en pre-guerra, més paral•lelismes podia fer respecte de la situació política, social i econòmica que estem vivint ara. Vaig començar a escriure l’obra amb molta por, i l’he acabada d’escriure encara amb més por. Penso en el que estava passant abans de 1936 i hi veig un mirall de la situació actual. Aleshores també van començar a fer fora immigrants, a perseguir a aquells que no treballaven (gràcies a la Ley de vagos y maleantes, que va ser una iniciativa del govern de la República).

«Barcelona» nos habla de las personas. La guerra vista desde el punto de vista de una familia burguesa, una familia que ha luchado por una vida mejor y que, de repente, se lo han quitado todo. Da igual de qué bando estemos hablando: republicanos o fascistas; en la guerra todos son soldados. La brutalidad en la que la guerra ha convertido a la sociedad hace que la diferenciación ya no esté clara. Matan unos, matan otros. Muerte por doquier. Sangre en los corazones. Y personas que no se atreven ni a salir a la calle.

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Elia Tabuenca

Elia Tabuenca, filóloga hispánica y periodista digital especializada en cultura y viajes. Lleva más de 8 años dedicada al sector y es una apasionada del teatro, de la literatura, de la música y de los viajes por todo el mundo. Ver mi Linkedin

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