Y por fin llegó la noche que tanto esperaba… Habiendo mamado “The Beatles” desde el vientre materno, las expectativas estaban más que altas. La entrada en escena de Beatlemajesty fue inesperadamente fortísima: abrieron el telón con Twist and Shout y durante los primeros cinco minutos, hicieron un remix de los temazos más movidos de The Beatles. El público, desando disfrutar del esperado concierto, en los primeros minutos estaba expectante, emocionado y con la ilusión en los ojos.
Imágenes de los sesenta se fueron proyectando como telón de fondo durante todo el concierto. Los clónicos de The Beatles, Beatlemajesty, estaba delante de ellas. Con los distintos cambios de vestuario podías ir achinando los ojos y creer que estabas viendo a The Beatles en escena. Digo viendo y no oyendo.
¿Qué pasó? Los famosos clónicos llegados de Las Vegas desafinaron en numerosas ocasiones. Se oían sonidos enlatados y más de un tono imprescindible en la discografía de The Beatles se perdió de un modo desastroso (como fue el caso de la entrada de la canción «Help!«). Los espectadores de Beatlemania somos fans de The Beatles y, como tal, conocemos mucho el repertorio de la banda de Liverpool, esto hace que el nivel de exigencia fuera, alto no, altísimo. Y Beatlemajesty no superó nuestras expectativas, ni por asomo. Aunque sí que es cierto que, afortunadamente, hubieron algunas canciones que lograron hacerme emocionar, como «Yesterday» o «Eleanor Rigby«.
La puesta en escena fue bastante buena: el vestuario, las proyecciones, la caracterización del grupo de manera cronológica te adentraba en un recorrido musical por la historia de The Beatles. Sin embargo, ocasionalmente, y sin venir a cuento, aparecían sobre el escenario dos bailarinas inexpertas que no se sabían la coreografía y que hacía que el show perdiera calidad. Totalmente prescindibles.
Podemos decir que el concierto fue un éxito. El público quiso pasarlo bien y lo hizo. Beatlemanía vino a pasarlo bien y “Lennon” lo dio todo en escena. Pero The Beatles son The Beatles y para clonarlos se tiene que tener un carisma, una energía y una presencia escénica arrolladora que Beatlemajesty no tenía. Una pena.