Crítica de Ester González
Nota 5 sobre 10
La noche de fin de año, comienza de manera inesperada para un equipo de rescate marítimo, recibiendo un mensaje de socorro por parte de un carguero hundido en el mar. El cargamento queda desperdigado sobre el océano. Miles de ositos de peluche quedan flotando a la deriva, mientras en un pequeño bote, el único superviviente, encuentra una radio y se empieza a comunicar con la chica del equipo de rescate. Comienza entonces, la angustiosa búsqueda del superviviente. El piloto del helicóptero, ha quedado para cenar con la chica que se encarga de recibir los mensajes de radio, es su primera cita.
Tras las primeras conversaciones triviales, comienzan a surgir los auténticos sentimientos de los tres protagonistas: la angustia del superviviente por retornar a su casa y ver a su familia, junto con la ilusión de los dos trabajadores de celebrar su primer fin de año juntos. En el transcurso de las horas, saldrán a la luz las historias personales, los miedos infantiles y los traumas de las vidas de los tres personajes, en una noche que parece no tener fin. Esto es el hilo argumental de la obra Blau que pudimos ver en la Sala Beckett.
Nos ha gustado de la obra de teatro Blau, el análisis de los sentimientos, en unos momentos de desesperación extrema, cuando salen a la luz las auténticas historias humanas y los miedos que todos llevamos dentro. Nos ha gustado también el final de la obra en el que los límites de la realidad son difusos. De las actuaciones destacamos positivamente a Manel Barceló en el personaje de Jofre, y a Francesc Ferrer en el personaje de Roger. El papel de Ester, representado por Berta Giraut, no está suficientemente logrado, le falta a nuestro modo de ver, un punto de dramatismo.
La escenografía está muy bien realizada, y nos permite acercarnos a la angustia del superviviente y del piloto del helicóptero, perdidos en el inmenso océano en su bote y helicóptero respectivo. Un toque original a destacar, se consigue con un ayudante de atrezzo, que al principio no tiene ningún valor dramático, sólo mueve algunos objetos, pero que al final sí colabora activamente en la acción dramática.
No nos pareció nada interesante el préstamo al principio de la obra, de un oso de peluche a cada espectador, pues a nuestro modo de ver, no aporta nada a la comprensión de la obra. La música y la iluminación, cumplen muy bien su papel, reforzando el relato de una manera efectiva.
Blau, en general, se nos hizo un tanto pesada, aunque creemos que tiene algunos puntos bastante recomendables a su favor.