Crítica: Claire Ducreux – Refugiada poética

Nuestra opinión

Crítica de Enrique Guarrotxena

Nota: 10 sobre 10

Refugiada poética de Claire Ducreux es una pieza de danza contemporánea que conecta con Chaplin desde el primer momento. Ayudada por una gran banda sonora, desde que Ducreux aparece en escena, es imposible no pensar en él.

Un vagabundo, vagabunda en este caso, sola, sin hogar. Capaz, sin embargo, de dar todo por los demás. Hasta de conectar con una estatua, cuando la mayoría de nosotros pasaría por al lado sin ni siquiera mirarla. Una estatua que representa a un hombre que lleva una bufanda para protegerse del frío…o mejor dicho de la soledad, como la vagabunda de Ducreux.

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Una soledad que viene dada porque estos personajes pertenecen a un tipo muy determinado de personas. Como decía Val, en “El descenso de Orfeo” de Tennessee Williams: “Hay una clase de aves que no tienen patas, así que no pueden posarse en nada, sino que deben pasarse toda la vida volando por el cielo”. Es decir, para un tipo de personas con una sensibilidad muy especial, generalmente incomprendidas, inadaptadas.

Vagabundos y vagabundas solos frente a un mundo cruel: refugiados poéticos. Por eso, el espectáculo de danza que pudo verse este fin de semana en el Mercat de les Flors solo es apto para “refugiados poéticos” como Clare Ducreux, como su título indica ¿De qué otra forma puede considerarse a aquellos individuos, especie de rara de hoy día, que están impregnados de ternura, sensibilidad y humildad, en un mundo que no tiene tiempo para los seres sensibles?

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Esa es la gran joya que contiene este espectáculo: Ducreux impregna todo lo que hace en escena de ternura y sensibilidad. Conecta con el público, ¡y de qué manera! Como en una carpa de circo de las de antes o como en un espectáculo de calle.

Refugiada poética” es un regalo para los sentidos, como si fuéramos navegando en un barco, disfrutando de la brisa marina en un día soleado. Claire Ducreux interpela al público para que cante “Oh sole mío”, la famosa canción napolitana que versionaron entre otros, Caruso, Pavarotti o Elvis Presley, pero el “sol” que más irradió calor ayer en la sala, fue el de Claire Ducreux que nos derritió a todos con sus “rayos” de ternura poética.

Elia Tabuenca

Elia Tabuenca, filóloga hispánica y periodista digital especializada en cultura y viajes. Lleva más de 8 años dedicada al sector y es una apasionada del teatro, de la literatura, de la música y de los viajes por todo el mundo. Ver mi Linkedin

Un comentario:

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