Valoración: 6’5 de 10
El pasado 13 de Septiembre pude ver en el Teatro Tívoli el famoso musical «Flashdance» dirigido por JC Storm e interpretado por un magnífico elenco de actores y bailarines: Chanel Terrero, Sam Gómez, Clara Alvarado, Alexandra Masangkay, Cecilia López, Nacho Vera, Miguel Ramiro, Olga Hueso, David Ávila, Yolanda García, Sergio Arce y Manu Martínez entre muchos más. La función dura unos 150 minutos e incluye un descanso, podrá verse hasta el 29 de septiembre ¡así que daros prisa!
Un musical basado en la famosa película del año 1983 con el mismo título y que llega por primera vez a Barcelona para que todos podamos disfrutar de las mejores canciones más ochenteras. «What a feeling» , «Maniac» y muchísimas más. La historia de Alex Owens, una chica de 18 años que sueña con ser bailarina profesional y estudiar en una renombrada academia mientras turna su trabajo de soldadora con un club nocturno de baile.
«Flashdance», un musical que nos invita a soñar
Si algo tiene este musical, es la capacidad de hacer que nos olvidemos de lo que ocurre fuera del teatro y de todas aquellas preocupaciones y problemas que habitan normalmente en nuestra mente. Cegados por las coreógrafias, colores, movimientos, luces y canciones, es imposible dejar de mirar el escenario y sonreír al ver tanta vitalidad y ganas de pasarlo bien.
La historia tiene un mensaje bastante positivo que aunque pueda resultarnos irreal, busca transmitir alegría y constancia por aquello que más deseamos. Es cierto que es inevitable a la vez que sano pasar por el colador este mensaje y poner los pies sobre la tierra, pues en la vida real no todo es tan sencillo, pero si para algo están los musicales es para hacernos volar la imaginación y vivir por un rato en un mundo donde todo puede ocurrir.
Lo bueno de Flashdance, es que también refleja la parte menos buena, esa en la que la rutina se hace dura, los recortes, los despidos, las drogas, el poder del dinero… se intenta equilibrar la parte más soñadora de la historia con la vida terrenal, por lo que es más sencillo identificarse. En esta versión del musical también utilizan bastante el humor y para una obra de larga duración, siempre es un punto a favor.
Una escenografía impresionante en Flashdance, el Musical
Probablemente lo que más me gustó del musical fue sin duda la escenografía. Bailarines, actores, músicos, vestuario… todos hacen una labor increíble regalándonos auténticos momentos estelares como la famosa escena de la película donde la protagonista se lanza un cubo de agua encima durante el baile. Fue un momento muy aplaudido y un trabajo espectacular por parte de iluminación y de los bailarines.
Como no podía ser de otra forma, la vestimenta estaba toda inspirada en la época de los ochenta: calentadores, colores, pantalones tejanos de tiro alto y chaquetas bombers o tejanas grandes acompañadas de una coleta alta. El estilo de los locales y bares que aparecen también acompaña ese espíritu ochentero que tanto buenos recuerdos trae.
En escena utilizan mucho unas escaleras que van cambiando de posiciones para los bailes y los momentos de representación de una forma muy original y rápida, en seguida entendemos si se encuentran en el trabajo, en el local, en la habitación de la protagonista… Sin duda, un trabajo de coordinación de 10 entre todos los miembros de la función que logra que nos quedemos embobados mirando a los bailarines.
Lo que menos me gustó…
La adaptación de una película al escenario siempre conlleva muchos cambios y a pesar de que muchos me gustaron, como las coreografías en vivo, el uso de los elementos móviles y la alegría que transmitían todos los artistas, la obra en sí y las muchas canciones añadidas que no aparecen en la película, no acabaron de convencerme.
Por una parte, había muchísimas canciones nuevas que bajo mi punto de vista quitaban dinamismo al espectáculo y lo hacían mucho más denso. En cuanto a los personajes y los diálogos me pareció una adaptación bastante cliché donde la protagonista principal toma un papel de chica dura para acabar enamorándose igual de su jefe, quien intenta ligar constantemente con ella de formas bastante típicas.
Aunque es feo comparar es inevitable hacerlo, y aunque en la película la protagonista también se enamora de su jefe, ocurre de una forma distinta, mucho más real. Tal vez los personajes me gustan más en la película porque se muestran más sencillos y no representan de forma exacta ningún perfil de personalidad, sino que trabajan más las contradicciones internas propias del ser humano haciendo que todo ocurra de forma más natural. En el escenario se sentía todo demasiado forzado.
Como digo, no deja de ser un punto de vista personal. Así como resalto los momentos de humor, que fueron bastantes y los disfruté mucho, no resalto la creación psicológica de los personajes ni la evolución de estos.
Un final lleno de baile, aplausos y espectáculo
El final fue sin duda, maravilloso. Un gran despliegue de artistas bailando, cantando, desprendiendo alegría… El público se puso a bailar y cantar, aplaudiendo el gran trabajo de todo el equipo. Los bailarines se mantuvieron arriba desde el minuto uno hasta el final, demostrando profesionalidad y amor por lo que hacen. Creo que todos salimos de allí con ganas de volver a ver la película, con un sonrisa y tarareando las canciones más conocidas.
La magia de «Flashdance» es que después de unos años, sigue sin pasar de moda y se ha vuelto todo un clásico del cine y ahora el teatro musical. ¡Una experiencia para todas las edades!
Disfrute de un maravilloso musical “Flashdance” en el Teatre Tívoli Barcelona. El musical me ha hecho vivir un dejavú de la película más icónicas de la década de los 80’s.
El elenco fantástico, armonía, pasión, un buen trabajo en equipo, buen feeling entre los artistas, un arte emocional entre la protagonista y Jana, exuberante pelirroja que roba las miradas al público. En general transmiten al público emoción, músicos en directo algo casi nunca visto y una escenografía industrial, que evoca a la época. Reviví canciones ochenteras que me encantaron.
El musical inspira al poder de aferrarse a los sueños por encima de todo. Igual que hizo Alex Owens, esa chica de 18 años, cuando entró en la prestigiosa escuela de baile de Shipley Dance Academy.
Fantástica actuación, muy buena coreografía, voces bellísimas en directo, el baile con elegancia y soltura, lo recomiendo 100%, cautivará a las generaciones de la década y a los más jóvenes, no se lo pueden perder.
Solo veo negativo 2 cosas que se puede mejorar:
– que las canciones no sean traducidas al español para mantener la película viva
– que bajen el telón mientras cambian el escenario, para no distraer al público y que estén centrados disfrutando de las bellas voces en directo.