Crítica de Enrique Guarrotxena
Puntuación: 8 sobre 10
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En el Mercat de les Flors se ha estrenado el espectáculo de danza de Barcelona Los Micrófonos. Una pieza sorprendente que comienza provocando sonrisas en el público. Más tarde adquiere una tonalidad tan “friki”, si se me permite la expresión, que resulta hasta repetitiva. Pero eso es solo el principio, pues la frescura de ambos actores-bailarines se acaba imponiendo, resultando ser un amable, original, sensible y divertido espectáculo.
El espectáculo Los micrófonos comienza como un ejercicio básico de teatro de manual. Cambiar el sentido y significado de los nombres o las palabras. Dependiendo de lo que signifiquen para nosotros, o de lo que nos inspire una u otra manera de pronunciar nombres de famosos, su significado puede variar bastante. Así pues, si vaciamos de su contenido los nombres, estos pueden darnos juego para utilizarlos como queramos, como así sucede en la función. De esta manera, la obra se acaba convirtiendo en una simpática y empática muestra de unos talentos singulares.
Tanto Jorge Dutor como Guillem Mont de Palol están espléndidos y logran una envidiable conexión con el público. A base de dar muestras de espontaneidad, desprenden por todos los poros de su piel una energía absolutamente blanca y positiva. Haciendo gala de una ironía al estilo de “Cantando bajo la lluvia”, con todas las stars brillando con luz propia en lo alto del firmamento, dependiendo, claro, del punto de vista de cada uno de nosotros. Pues el cielo plagado de estrellas lo construimos todos nosotros individualmente. Por eso puede que, en ocasiones, esas estrellas puedan caerse repentinamente, según cómo o quien las pronuncie.
¿Será que son ídolos de barro? En cualquier caso ya no importa. Lo que sí importa es el gran trabajo que se puede ver en este espectáculo de danza de Barcelona que consigue llegar hasta el corazón del público, tocar la fibra de todos los presentes y desbordar simpatía, teniendo como resultado un fin de función entre flores, stars y sonrisas.