Crítica de Ester González
Puntación 11 sobre 10
Con un soberbio aplauso y gran parte del público que abarrotaba el mítico Mercat de les Flors, en pie, así concluyó la última aventura de Sol Picó W. W. (We Women) que se presentó con motivo del festival Grec de este año.
La bailarina y coreógrafa alcoyana, supo meterse al público en el bolsillo y lo cautivó con su danza de gran fuerza poética que refleja la visión de la mujer en el mundo actual. La mujer es el eje principal y única protagonista, vista desde culturas muy lejanas entre ellas, pero unidas por el objetivo común de hacer oír su propia voz, ya sea bailando, cantando, actuando o simplemente existiendo. Para ello WW (we woman) contará con tres bailarinas y coreógrafas de amplia trayectoria y experiencia: la japonesa Minako Seki, la francesa de origen africano Julie Dossavi y la hindú Shantala Shivalingappa. Cada una de ellas realiza una aportación desde la tradición de su país, mezclada con su propio y particular bagaje artístico.
Minako Seki, es una coreográfa japonesa afincada en Berlín, experta en Butoh, una danza contemporánea surgida a raíz del impacto de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, que marcaron a toda una generación de japoneses y donde surgió este nuevo modelo de expresión artística. En 1986 fundó la compañía de danza Tatoeba-Téâtre danse Grotesque, en Berlín. Julie Dossavi, bailarina y coreógrafa nacida en París, de origen africano (Benin), y atleta de formación. En 2003 crea su propia compañía de danza, interesada por la condición femenina y la doble cultura.
Shantala Shivalingappa, nacida en Madrás, India, es una experta bailarina en el baile clásico típico del sur de la India, el Kuchipudi, baile sagrado dedicado a Krishna. Desde muy joven se establece en París y crea su propia compañía. Sol Picó, nacida en Alcoi, Valencia, establecida en Barcelona, funda su homónima compañía de danza en 1993. Creadora de un lenguaje particular en el mundo de la danza contemporánea, es una de las compañías más aclamadas y premiadas de nuestro país y a nivel internacional. Como acompañamiento y en simbiosis perfecta con la danza, está la música en directo y de alma flamenco-mediterránea, de la violinista sarda Adele Madau, la voz y la flauta flamenca de Lina León y la guitarra y voz de Marta Robles, componente del grupo Las Migas.
WW We Woman se desarrolla sobre una escenografía “de guerra” que nos recordó a un campo de refugiados, el suelo es de arena, y al fondo se ubica una tienda hecha con plásticos y bidones como único y endeble cobijo. De la propia arena surgirán arrastrándose, esas mujeres, que luego empezaran a moverse en tacón alto, desfilando, corriendo, adaptándose a los roles que la cultura deja a las mujeres, para luego rebelarse contra ellos, y así poder resucitar como el Ave Fénix.
Nos gustó como cada una de ellas vuelve y da la vuelta a la tradición de su país, y a sus propias experiencias personales, creando un interesante caleidoscopio multicultural. Remarcamos un momento muy poético en el que las tres bailarinas se sitúan detrás de una tela y nos bailan a modo de sombras chinescas, proyectándose a su vez, luces colores sobre el lienzo. Nos emocionó, como estas mujeres nos van describiendo el camino de las mujeres en el mundo, el cual todavía es largo y lleno de peligros, de violencia, de expresiones ahogadas, de impotencia, en definitiva, de lucha. Impresionante.
Consulta nuestro artículo sobre la programación del Grec 2015
millones de gracias por esta crítica tan bonita. Un abrazo! Marta Robles