En la Sala Fènix de Barcelona se está presentando un homenaje a Houdini, el gran escapista que revolucionó el mundo de la magia. El actor que encarna la biografía de este personaje histórico es Felipe Cabezas quién, junto con la dirección de Berty Tovías logran crear un espectáculo de teatro gestual lleno de poesía, reflexión y buen humor.
1. ¿Por qué Houdini?
Porque es un personaje fascinante. Mago, aviador, inventor, pionero en el cine (tenía incluso una productora y protagonizó una serie de pelis de acción), visionario de la publicidad, además de azote de espiritistas y brujos. Y en lo personal, serio, adicto al trabajo, profesional, leal e intenso. Con su obra difundió una simple metáfora que llenaba a la gente de esperanza: nada podía retener a un hombre libre. Las masas obreras enloquecían con Houdini! Él era libre, y nada podía retenerlo.
Felipe Cabezas en «Houdini»
2. ¿Qué es lo que más te sorprende de la vida de este mago?
Su fuerza mental, sus ganas de ser mejor, su convicción. De hecho, sus espectáculos eran muy distintos a lo que se entiende hoy en día como espectáculos, eran verdaderas demostraciones de fuerza mental. Se encadenaba, realmente, y podía realizar un show de 2 horas tratando de escapar, ¡hasta que lo lograba! En aquel entonces los espectáculos estaban concebidos de otra manera, la gente fumaba, comía y bebía mientras entraba y salía de la sala, y mientras tanto, ahí estaba, Houdini, una especie de faquir húngaro-americano que llegaba a romper sus ropas tratando de escapar. Y escapaba!
3. ¿Te sientes identificado con el personaje de Houdini?
Hay aspectos de su vida en los que si me identifico: su relación con la familia, la fascinación por el escenario, la convicción en su trabajo. Luego, es un personaje muy grande, muy lejano a mi, y en ese sentido lo idealizo o, digamos de otro modo, me inspira.
4. ¿Qué es lo que más te ha costado preparar para esta obra de teatro gestual?
No te diré «la magia» o «el escapismo» porque la obra no va de eso. No es un espectáculo de magia, más bien un relato físico-teatral íntimo de su infancia y de inicio he renunciado a «hacer el mago» en escena. Querer hacer el mago a estas alturas es como si decidiera dedicarme a la danza clásica de un día para otro. La magia es una disciplina muy, muy difícil y hay que dedicarle una vida a ello.
Entonces, dentro de lo «difícil», pero cercano a mi, me he enfrentado al uso de un tipo de máscaras a las que no estaba habituado. Yo me dedico a la commedia dell’arte, que usa medias máscaras, y en espectáculo uso máscaras enteras, sin boca. Y ha sido una verdadera aventura y una gran odisea aprender a usarlas. A nivel profesional es lo que más satisfacción me ha dado hasta este momento.
5. ¿Con qué sentimiento te gustaría que la gente se fuera a sus casas después de acudir a ver el espectáculo de Houdini?
Con la idea de que todo es posible. Y que siempre hay una salida, una vía de escape.