Desde Espectáculos BCN asistimos a la rueda de prensa oficial del Sónar+D, la rama de este conocido festival de Barcelona que apuesta por el desarrollo tecnológico.
Hemos querido conocer mejor este proyecto y, por eso, aquí os dejamos la entrevista a José Luís de Vicente, comisario de Sónar+D y Enric Palau, cofundador y codirector de Sónar.
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1. ¿Crees que la música es exportable, la podrían entender los seres de otros planetas?
[José Luís de Vicente] La música sería un elemento exportable a otras civilizaciones extraterrestres, aunque realmente no sabemos si cualquier inteligencia exterior, sería capaz de decodificar la música, no sabemos si escuchan, por ejemplo, en el mismo rango de frecuencia que nosotros.
No podemos hacer demasiadas hipótesis sobre la capacidad de decodificación, tanto de las señales sonoras, como del lenguaje que nosotros utilizamos como música. Podría decirte que hay música que suena en Sónar, que probablemente civilizaciones anteriores y otras culturas del planeta, no identificarían como música.
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2. ¿Crees que otras civilizaciones percibirán lo que llamamos música de una manera diferente a la nuestra? ¿crees que hay otras civilizaciones (de este o de otros planetas), que no identificarían lo que suena en Sónar como música?
[Enric Palau] A nivel planetario, las formas de entender la música son muy diferentes, hay culturas que tienen una música propia y que tienen, escaso o nulo interés por la música que se realiza en otros lugares. En Sónar, creemos que lo que para nosotros es música, llevada a grados de experimentación muy elevados, a según que perfil de oyente, quizás le pudiera parecer una aberración.
[José Luís de Vicente] También existen cosas consensuadas de manera masiva como música, que realmente, no deberían considerarse como tal.
[Enric Palau] Si hablamos del espacio exterior, y de una posible vida inteligente, diría que hemos querido dar validez a la música como lenguaje, como una forma de expresión, para experimentar y comunicarse.
[José Luís de Vicente] Hay una idea, que defienden los exobiólogos, según la cual, las matemáticas serían consideradas, una especie de lenguaje universal. Una serie de constantes, que se repiten siempre en el Universo, según el Modelo Estándar de la Física. La música, tiene vinculación con las matemáticas, y de ahí deriva la asimilación que se ha hecho de la música, como lenguaje universal.
[Enric Palau] La Ciencia, a través de una institución como el METI, con el cual hemos colaborado, sí ha codificado mensajes para una potencial vida extraterrestre, combinando códigos de diferentes tipos, para traducir la palabra “hola”, por poner un ejemplo. Nosotros, desde un plano más artístico, hemos querido dar validez a la música “per se”, como un lenguaje propio para comunicarse.
Es posible que una vida extraterrestre, conecte con un lenguaje que tiene un ritmo, o que tiene una sonoridad. Quizás incluso, en el sentido más poético que puede tener la música, como forma de expresión de sentimientos, de felicidad, de tristeza, de celebración, por ejemplo, como ocurre con las diferentes composiciones que han enviado los diferentes artistas de nuestro proyecto al espacio. Por qué no pensar que la traducción sonora de un sentimiento, que es lo que hace el músico cuando compone, es aquello que pudiera conectar con una posible vida extraterrestre
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3. Os habéis centrado en enviar música al espacio, ¿antes que en enviar, por ejemplo, una imagen?
[Enric Palau] Sí, nos hemos querido centrar en la música, ya que creemos que puede tener un impacto igual o incluso superior al de una imagen. Actualmente, la ciencia está experimentando con la influencia de la música sobre las plantas, o sobre determinados microorganismos. Para una vida alienígena que hipotéticamente no tuviera oídos, la música comportaría la recepción de ondas, de vibraciones, que podrían llegar a influirle.
La vida extraterrestre es una gran incógnita, y desde Sónar+D hemos querido mediante la música, realizar un experimento, y llevar a cabo una aportación al avance científico y artístico.
Conoce aquí mejor el proyecto de Sónar+D impulsado por el festival Sónar Barcelona