La 21ª edición del Festival de Cine y Derechos Humanos de Barcelona reúne a más de una decena de directores que participarán en cinefórums con el público y darán lugar a debates sobre temas actuales como la crisis de la vivienda, la precariedad laboral y las injusticias globales. Este festival se podrá disfrutar desde el 9 de diciembre y hasta el 13 de diciembre de 2024.
En Espectáculos BCN, queremos contarte todo lo que necesitas saber acerca de este festival cinematográfico en el que se proyectarán películas de 20 países y que se ha convertido en un espacio de reflexión y denuncia social.
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ToggleDirectores que se conectan con el público
El Festival de Cine y Derechos Humanos de Barcelona se ha convertido en un referente en la ciudad, no solo por la calidad de las películas, sino por la interacción directa entre los cineastas y el público. Durante esta semana (desde el pasado 9 de diciembre, y hasta el viernes 13 de diciembre) se celebrará la 21ª edición, con la que los asistentes tendrán la oportunidad de participar en cinefórums, donde los directores no solo presentarán sus películas, sino que también dialogarán y debatirán sobre temas cruciales relacionados con los derechos humanos.
Uno de los aspectos más especiales de este festival es el enfoque cercano con los directores. Cineastas como Karlos Alastruey, que presenta Abel Azcona: el artista detonante, o Alba Morera, que llega con Hi som, no solo proyectan sus obras, sino que abren espacio para una conversación real con el público. Estos cinefórums permiten que las películas se conviertan en puntos de partida para discusiones profundas, generando un ambiente de participación que va más allá de una simple proyección.
Cine como motor de cambio social
Este año, el festival se destaca por las historias que aborda. Un ejemplo claro es Vimos el fuego, de Santiago D. Risco, que narra la experiencia de una mujer que escapó de Mozambique tras un ataque a su aldea. A través de estos relatos, el cine se convierte en una herramienta para visibilizar injusticias y fomentar la reflexión. Además, la presencia de Médicos Sin Fronteras en el cinefórum aporta un valor añadido, dando un contexto más profundo a las historias que se cuentan en la pantalla.
Un documental que ha llamado especialmente la atención es Laietana, 43, el cau de la bèstia, dirigido por Jaume Domenech. Este trabajo denuncia las torturas que se produjeron en la Jefatura Superior de Policía de Via Laietana durante la dictadura franquista. Gracias a la presencia de su director, los asistentes pueden conocer de primera mano la historia detrás de la película y reflexionar sobre el impacto que tuvo en la sociedad.
Un festival que visibiliza problemas globales
Además de las temáticas locales, este festival pone el foco en problemas globales, como la “transición verde” que afecta a países del Sur Global, como Chile y Argentina, en El cost amagat de Pablo Zareceansky Montserrat. Este enfoque internacional es una de las características que hace único al festival, que reúne películas de hasta 20 países, desde Ecuador hasta Kenia, pasando por Argentina y Estados Unidos.
Un festival con reconocimiento internacional
El festival también ha logrado un hito importante al obtener el estatus consultivo del Consejo Económico y Social de la ONU. Este reconocimiento coloca al evento como una plataforma clave en la defensa de los derechos humanos, abriéndole puertas a nivel mundial. Este tipo de logros marca una gran diferencia con otros festivales, ya que fortalece el papel del festival como un actor relevante en la denuncia social.
Premios que celebran el cine con propósito
La edición de este año culminará con la entrega de premios a las mejores películas del festival, que se otorgan en categorías como Mejor Largometraje, Mejor Cortometraje de Ficción y Mejor Película Medioambiental. Estos premios no solo celebran la calidad cinematográfica, sino también el compromiso social y humano que tienen las obras presentadas.
El Festival de Cine y Derechos Humanos de Barcelona es mucho más que un evento cultural: es un espacio para la reflexión y el debate sobre los grandes problemas de nuestro tiempo. Gracias a su enfoque en la interacción con el público y su compromiso con los derechos humanos, este festival sigue consolidándose como una cita imprescindible en el calendario de cine y activismo social.