Nota: 9 sobre 10
Martina Cabanas Collell dirige y escribe una obra llena de originalidad, frescura y, sobre todo, realidad. Y es que en «Fuga de conills» nos encontramos con dos personajes (y un DJ-personaje) que hacen un retrato muy veraz de la situación en la que muchos jóvenes se encuentran hoy en día. Jóvenes que, en realidad, no son tan jóvenes pero quieren seguir siendo jóvenes porque esa madurez que les espera no termina de ser de su agrado.
«Fuga de conills» es una obra de teatro repleta de frescura donde, con una sencilla trama, se refleja de forma muy minuciosa la realidad de muchos jóvenes-adultos que no saben muy bien cómo afrontar la madurez. Pau Zabaleta, Maria Cirici y Artur Rodríguez son los encargados de mostrarnos esa realidad de una forma sincera, directa y sin filtros.
«Fuga de conills», una obra sobre la juventud y la madurez
Sobre el escenario conoceremos a dos actores que trabajan de animadores en un hotel. Van vestidos de conejo y su objetivo es entretener a los niños que están de vacaciones. Ellos ya han pasado los treinta y se acercan peligrosamente a los cuarenta y todavía se siguen sintiendo jóvenes, siguen sintiendo que esa vida de adultos que ven tras la ventana no va con ellos.
Se supone que llega un momento en el que te conviertes en «adulto» pero ¿qué pasa si no te apetece?, ¿qué pasa si no terminas de encajar con ese tipo de vida? Pues que te sientes perdido. Sientes que no hay un lugar reservado para ti en el mundo e intentas hacer lo que sea por sentirte incluido: ser madre, tener sexo, enamorarte…
«Fuga de conills» es un retrato de ese «desencantamiento» que puedes tener de la vida. Ese momento en el que tienes que aceptar que eres uno más, que todo el mundo es especial y que tienes que aprender a vivir con ello. Ese momento en el que, después de la etapa de la juventud y de las ganas de comerte el mundo, parece que tocas con los pies en el suelo y te das cuenta de que la vida no es tan emocionante como creías.
Interpretaciones brillantes y naturales en «Fuga de conills»
El elenco de actores que trabaja en «Fuga de conills» refleja fielmente la situación de esta generación. Y lo hacen de forma brillante. Su naturalidad y su sencillez hacen que esta obra de teatro nos acerque a la cotidianidad de dos jóvenes que hablan, ríen, bailan, se drogan y viven la vida como buenamente pueden.
Hay una tremenda conexión entre los dos protagonistas sobre el escenario. Son dos amigos, muy bien diferenciados el uno del otro, con una personalidad y unos sueños bien diferenciados pero que comparten ese mismo desencanto por la vida, esos sueños que se caen por su propio peso.
Una actuación espléndida que hace que los espectadores sientan que, en lugar de en una sala de teatro, estén observando a través de una mirilla. Y es que lo que vemos en «Fuga de conills» podría pasar perfectamente un día cualquiera entre dos amigos cualquiera.
«Fuga de conills» es una obra impactante, sencilla y muy bien estructurada que retrata fielmente a una generación. La generación de los jóvenes-adultos que no saben muy bien cómo se supone que tienen que vivir y que se niegan a tener una vida convencional. Porque, al fin y al cabo, da igual que sean jóvenes o que sean adultos, en realidad solo son personas intentando encontrar su lugar en el mundo.