Crítica de Melisa Coloiera
Nota: 10
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Lo malo de ser perfecto es el espectáculo de Barcelona que está dirigido por la actriz Antonia San Juan e interpretado por ella misma, Luis Miguel Seguí y Felix Navarro. Un no parar de reír durante el desarrollo en escenario de tres historias diferentes y no relacionadas entre sí. Es como si pusieran delante del espectador un espejo, invitando a preguntarse si no será que el género humano no puede evitar juzgar, hablar y condenarse por la lengua en todas y cada una de las relaciones humanas. Y es que lo malo de ser perfecto es justamente que NADIE, aunque lo pretenda ser, consigue ser perfecto.
Oscuros pensamientos y sentimientos naturales y presentes en cualquiera de nosotros, anidan en la confianza y pueden dinamitar las relaciones personales y establecer una distancia con el otro. ¡Nos puede esa boquita! Y a veces nos preguntamos si no será mejor cerrar la boca en algunas cuestiones y no decir todo lo que pensamos. Como dice la famosa frase: muchos caerán por la espada pero más caerán por la lengua.
La obra de teatro Lo malo de ser perfecto tiene un ritmo de vértigo y unas interpretaciones excelentes donde se nota el bagaje artístico de los actores, ésta comedia nos ha encantado de principio a final. Los diálogos son complejos, rápido, entretenidos, escandalosos, inquietantes y a la vez irónicos, sarcásticos y graciosos. Personajes de personalidad fuerte y bien definidos sorprenderán con sus historias de vida.
Primero tendremos a una single muy creída y soberbia con su cita a ciegas en su casa inteligente y su mayordomo gay. Luego un par de amigos yonkis en un parque público sincerándose el uno con el otro y al finalizar dos hermanos que se detestan y se encuentran en la sala de espera del hospital dónde está internada su madre. Nos encantó la fluidez y verborragia de los diálogos, cómo se consigue ese humor de carcajada con historias incluso duras y dramáticas, es una oda al sarcasmo. Además durante la obra hicieron buen uso de la música y canciones en algunos momentos que levantan el ánimo del público.
De principio a final éste trío de actores te atrapan en sus tres culebrones desopilantes. La puesta en escena es muy básica pero te olvidas directamente, uno se mete tanto en las historias que lo demás es lo de menos. Es una comedia muy divertida que no se hace larga y lo único malo es que se quede tan poco en Barcelona, estará hasta el 27 de septiembre en la Sala BARTS.