Crítica: Montag 451

Nota: 7.5 sobre 10

Montag 451, en el Teatre Eòlia, nos habla de Montag, el bombero que quemaba libros en la novela de Ray Bradbury, Farenheit 451. Y sería recomendable ir a ver este montaje con los deberes hechos: leer el libro o ver la película (dirigida por François Truffaut de 1996). Sin unos antecedentes conocidos, el montaje es difícil de seguir.

En esta obra nos encontramos a Guillem Montag encerrado en un psiquiatrico. ¿Cómo ha llegado hasta allí? No lo sabemos, ni lo sabremos. Sus recuerdos se vuelven vivos delante nuestro, y desaparecen para volver a su realidad presente.

Montag 451 es una obra para disfrutar de su puesta en escena y de sus interpretaciones

Los recuerdos nos ayudan un poco a comprender lo que sucedió en su juventud, pero no nos aclaran qué pasó después. Algunos personajes no están bien definidos y no nos aclaran qué función tienen en este montaje. Pero, aunque el texto presente lagunas importantes, el montaje es ingenioso y excepcional.

Hay que aplaudir y felicitar por el montaje de la simultaneidad de escenas del pasado y del presente, que se entrecruzan con naturalidad, que se difuminan para dar paso a la siguiente escena, que interactúan entre ellas… no hay cortes bruscos entre escenas, simplemente suceden, se enlazan con naturalidad.

La interpretación de Carles Arquimbau, Guillem Motos, Júlia Jové, Lluís Barrera y Anna Prats es inquietante. Nos hacen llegar la inquietud, la inseguridad, y el miedo que mueve el mundo en el que se mueven. Incluso los bomberos del pasado, personajes con poder, necesitan mostrarlo de forma ostentosa para que no se vean sus debilidades Un mundo lleno de fragilidad que mantiene el equilibrio por el miedo. Un miedo en el que todos viven permanentemente.

Montag 451 es un montaje para disfrutar de su puesta en escena y de sus interpretaciones. Carles Arquimbau es un Montag derrotado, Guillem Motos, es un Montag joven que se ve sorprendido por demasiadas preguntas para poder asumirlas… Júlia Jové es Clara, Marta, la figura joven e irreverente del pasado o del presente; Anna Prats es Miriam; Lluís Barrera es el médido y el capitán, las dos figuras con poder en el presente y el pasado. Los tres actores, además, interpretan personajes accesorios que nos sitúan en escenas del presente y del pasado.

En el teatre Eòlia se han arriesgado. Montag 451 no es un montaje fácil. Pero vale la pena ir a verla para disfrutar de sus actores y actrices y de la puesta en escena.

Nicolas Larruy

El teatre m’agrada des de què tinc memòria. De ben petita ja anava a veure el Cicle de Teatre per a Nens i Nenes de Cavall Fort, al Romea… i ja no he deixat de gaudir del teatre. Per a mi, el teatre és salut, és felicitat… és vida! Actualment, a més de col·laborar a Espectáculos BCN, i de dedicar temps al teatre amateur, faig de jurat a la Mostra de Teatre del Raval i al Concurs de Teatre del Foment Martinenc; també col·laboro a Ràdio Montornés. El meu Linkedin

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