Nota: 9 sobre 10
Melisa Freund nos trae un Kadish. Su propio Kadish. Para ello, ha creado Papushkas.
«El Kadish es el abrazo de una generación con otra».
Papushkas, Mi propio Kadish un montaje original y emotivo de Melisa Freund
Papushkas es como un juego de matrioskas rusas, però, en lugar de matrioskas, papushkas. Un espectaculo en el que Melisa Freund nos va desmontando y montando la vida de su padre ante nuestros ojos. Cada nueva pieza que aparece, es un capítulo más.
«El dia más triste fue…. ¡No!…. El día más triste fue…. ¡No!…. El día más triste fue… ¡No!….»
El montaje está dividido en capítulos, y cada uno tiene su nombre. Y cada capítulo tiene su propia representación: el monólogo, la lectura dramatizada, la intepretación de una obra, romper la cuarta pared…
«¿Brecht está ahí, con vos? – Acá estamos todos.»
Con este montaje, Melisa Freund hace un homenaje a su padre que nos emociona desde el primer momento. No son solamente las historias que nos cuenta Juan sobre su infancia, sobre el Holocausto, las persecuciones, las huídas… es la relación entre ambos, que se mueve entre el amor paternofilial y una comprensión que va mucho más allá.
El escenario, sobrio, lleno de maletas (como decía Teyve, de El Violinista en el Tejado, «los judíos siempre están listos para irse»), y unas cuerdas donde están tendidos recuerdos y referencias al pasado, a la historia de Juan… la historia de Melisa.
«Pero, papá, vos entonces ¿Quién sós?»
Melisa Freund se interpreta a ella misma, y Juio Marticorena interpreta de forma sobria y magistral a su padre, Juan Freund.
Papushkas, en la Badabadoc Teatre, es un montaje lleno de ternura y de dolor. Un montaje que nos habla de una parte de nuestra historia que no nos gusta nada, pero que nos ha marcado a todos de una forma u otra. Y nos habla del amor entre un padre y una hija que se quieren con desmesura.