Crítica: Si los huesos hablaran de Societat Doctor Alonso -6è Festival Sâlmon

Crítica: Si los huesos hablaran de Societat Doctor Alonso -6è Festival Sâlmon

Nota 10 sobre 10

Nadando en una sopa de huesos sin identificar, huesos que quieren hablar, por estar tanto tiempo callados. Huesos que sienten vergüenza, pero que quieren transmutarla en luz y en sanación. Cómo se haría esto? Pues dejando que las historias de esos huesos de las cunetas de la Guerra Civil, encontraran su justo reposo. Devolviéndoles la dignidad arrebatada.

Este es el nudo temático de esta performance, que se representa en el Mercat de les Flors de Barcelona, dentro del marco del Festival Sâlmon, en su sexta edición.

Si los huesos hablaran nos habla del dolor no expresado

Comienza con un monólogo a cuatro bandas, en el que los actores, van a ir recitando frases al público, frases que se mueven en torno al sentimiento de vergüenza, al dolor no expresado, al miedo, a la ira, al llanto ahogado de la víctima, al conflicto no resuelto, que se queda larvado dentro de la persona o de la comunidad que lo vive.

Aquello que nos afecta a todos como grupo, nos afecta también en calidad de individuos

Hace un paralelismo entre el sentimiento de comunidad y la propia identidad personal, algo que se difumina en el ámbito del inconsciente colectivo, como apuntan las teorías de Jung. Es decir, que aquello que nos afecta a todos como grupo, nos afecta también en calidad de individuos.

Un espectáculo que habla sobre la guerra 

En ese momento, aparece el arquetipo de la guerra en escena, representado por una danza de tipo tribal, a la que se le añaden el sonido de instrumentos de viento primitivos, grandes caracolas marinas de sonido siniestro y extraño. Después de ello, aparecen en escena los huesos, huesos que son clasificados, tocados, revueltos, destruidos, demostrando lo fácil que resulta destruir, y lo complicado que es restaurar lo destruido, una vez que se ha hecho pedazos.

Llegando casi al final de la representación, aparece sobre el escenario un arqueólogo, René Pacheco, de la “Asociación por la recuperación de la Memoria Histórica. Nos cuenta su labor de manera muy gráfica y didáctica: como reúne la información hablando con los ancianos de los pueblos, y a modo de rompecabezas, hallan las zonas donde se encuentran las fosas, a las que trata de manera científica tal y como la Arqueología dispone, pero también siendo consciente de ser testigo de un crimen.

Las cajas con los cuerpos, una vez hecha la investigación, son entregadas a sus familiares para que les den el entierro que ellos quieran, no el que otros les obligaron a tener. Nos cuenta, a su vez, como las personas mayores, aun habiendo pasado ochenta años desde la Guerra Civil Española, siguen hablando bajo y mirando de reojo y con temor, cuando les pregunta dónde puede hallar las fosas. Pero, una vez se han desenterrado, y después de realizadas las investigaciones, se percibe una cambio en el comportamiento de las personas de estos pueblos, ya hablan de forma más abierta del tema y sin temor.

Todo ello, sin ningún coste para las familias, y sin ningún apoyo económico de parte del gobierno, es realizado por esta asociación, de manera voluntaria y gratuita.

Simbolismo de rechazo a la violencia

Las canciones y poesías recitadas por los actores, van a llevar un claro simbolismo de rechazo de toda violencia, de todo materialismo, de rechazo del poder por el poder, el poder que nace de la crueldad, del que quiere imponerse sobre los otros seres humanos por la fuerza.

El último canto, sin duda, duro y conmovedor, repite a modo de mantra la palabra “cutre” como adjetivo calificativo, hacia un pueblo que ha perdido el respeto hacia una parte de su memoria, un respeto en definitiva, hacia él mismo como entidad colectiva y como individuos.

Si los huesos hablaran es una desgarradora dosis de memoria histórica, que nos refleja como sociedad, necesaria para sanar las cicatrices y limpiar las heridas, que todavía después haber pasado ochenta años de la Guerra Civil, no están sanadas.

 

Ester M. González

Ester M González es una apasionada del mundo del arte y de la cultura. Nacida en Barcelona, actualmente trabaja como pintora abstracta y realiza exposiciones en diferentes galerías de arte de la ciudad condal. Apasionada de la danza y de las artes escénicas, tiene una visión crítica y muy completa de la agenda cultural de la ciudad condal.

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