8.5 sobre 10
Como si Anton y Emma viviesen en un Universo dominado por otro universo, donde viven el demonio, el hada, la bruja y el ángel, que mueven a Emma y Anton como si de títeres se tratara. Y el público fuese un universo más, por encima del demonio, el hada, la bruja y el ángel. Un universo que está ahí y no hace nada. De momento. Pero el público está ahí, y el diablo, el hada, la bruja y el ángel lo saben muy bien.
Wohnwagen es un texto con giros inesperados que sorprende con un humor muy negro, con un punto de cabaret berlinés, con un lenguaje que a veces es muy cuidado y a veces muy soez, con la mezcla de idiomas (catalán, castellano, inglés, alemán, francés, italiano… ) que entendemos aunque no sabemos exactamente qué nos están diciendo.
Wohnwagen es un montaje que rompe con todos los esquemas que conocemos
Un escenario que parece una cueva, o una discoteca, con humo, las paredes y el techo negros, las luces brillantes, la música… o un mundo diferente, un mundo recreado en un lugar que parece sacado de una mente con una gran imaginación… un mundo que podría ser un desván donde los actores se han disfrazado con ropa que han encontrado en viejos baúles. Un mundo que nos invita a imaginar, a ir más allá de lo que tenemos delante. Las cosas no son lo que parecen porque las vemos con otros ojos. “Sóc sexi perquè m’esforço a aparentar la persona que realment sóc”.
Un montaje innovador, transgresor, contemporáneo… que no sigue las normas del teatro clásico… que juega con sus personajes y con el público… una historia que no tiene ni principio ni final, ni falta que le hace. Un montaje con un humor muy característico. Absténganse los amantes del humor fácil y chabacano. Aquí no lo encontrarán. Aquí se toparán con un humor muy negro, muy lleno de ironía, a veces muy sutil… irreverente, socarrón, vitriólico… o muy inocente. “Tothom veurà que sóc una fada quan hagi complert amb el meu contracte”.
Wohnwagen es un montaje que rompe con todos los esquemas que conocemos, rompe con su texto, con su interpretación, con la escenografía, con la dirección…
Wohnwagen, en La Seca Espai Brossa, es una obra de teatro que nos muestra nuevas formas de hacer teatro, que experimenta, que arriesga… y que es un acierto total. Un acierto no apto para mentes más tradicionales y más conservadoras… pero incluso a ese tipo de público le recomendaría Wohnwagen, para que descubra que el teatro es mucho más que lo que ya conocemos y tenemos asimilado.
En La Seca Espai Brossa podéis ir a jugar un rato y reír con ganas, porque Wohnwagen es un juego entre el público, los actores, el escenario y el texto. Entrar en el universo de Wohnwagen es aceptar una invitación al juego, a desinhibirse, a abrir los ojos y la mente… y dejarse llevar.