El Cuarto de Atrás llega al Teatre Goya dentro del Grec 2025. Un homenaje a la obra de Carmen Martín Gaite para celebrar el centenario de su nacimiento. Y, para ello, Emma Suárez se pone bajo la piel de la escritora española, en compañía de Alberto Iglesias y Nora Hernández.

El Cuarto de Atrás o cómo ser espías de la intimidad y el insomnio

En este espectáculo nos invitan a colarnos en el cuarto de atrás, ese cuarto reservado para los juegos, la imaginación y la creatividad. El cuarto que está oculto de las miradas de los vecinos y donde todo puede pasar. Aquí es donde la escritora se reencuentra con cartas, papeles, personajes y recuerdos de su vida y de su literatura.

La escenografía es espectacular: un cuarto a doble altura, con unas escaleras llenas de libros y una bañera en el centro, el lugar donde la protagonista se baña en sus recuerdos y en sus palabras. Es una noche de insomnio, no puede dormir y se ha tomado una pastilla, así que asistimos a una noche de delirios donde diferentes apariciones van personificándose en ese cuarto y acompañan a la autora a hacer un viaje por su vida y sus emociones.

Las apariciones son de Alberto Iglesias y Nora Hernández y ayudan a darle ritmo a la obra, a dar un contrapunto a la historia y crear un hilo conductor de las fantasías de Carmen (protagonizada por Emma Suárez).

Una obra un poco caótica y confusa

En la sinopsis se nos explica que El Cuarto de Atrás es un viaje por la luz y el recuerdo, con miedo a las sombras y a la búsqueda de sentido. Y esto es claramente lo que vemos en el escenario. Pero no termina de funcionar. La narrativa es un poco caótica y las interpretaciones son extrañas y confusas.

El elenco defiende muy bien sus papeles: con energía, entusiasmo y fuerza. Pero la dirección de actores no ha sabido aprovechar el enorme talento y ha apostado por un experimento que, a mi parecer, no acaba de funcionar:

  • En el caso de la protagonista, se ha apostado por una interpretación donde prima la confusión y el olvido. Esto obliga a Emma Suárez a mantener la misma energía en la mayor parte de la obra, algo que hace que se vuelva un tanto plana y repetitiva. No acaba de enganchar, de despertar ese interés, esa tensión dramática tan necesaria en el teatro.
  • Las interpretaciones de las apariciones son muy confusas: hacen movimientos extraños con el cuerpo, gestos que no acabamos de entender y que rompen con la naturalidad de la interpretación de la protagonista. Y, al final, el conjunto no encaja en el escenario. Queda raro, confuso e inconexo.

El Cuarto de Atrás es una obra que, visualmente, es muy atractiva: con un escenario imponente, una buena selección musical y canciones en directo de la mano de Nora Hernández (sublime). Pero, la energía de la obra es demasiado abrumadora, con demasiada confusión y una dirección de actores que no ayuda a conectar con los personajes.

  • Lo que más me ha gustado: La estética de la obra es muy llamativa. Es una puesta en escena poética y con elementos preciosistas que ayudan a darle un toque de calidad y elegancia.
  • Lo que menos me ha gustado: Es una obra que confunde. Tanto por el texto en sí, como por las interpretaciones. Te quedas con una sensación extraña en el cuerpo al salir del teatro.
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