“Lorca era un mago. Vamos a hacer magia.“, esto es lo que dice Marta Pazos, la directora de El Público de Lorca que podemos ver en el Teatre Lliure de Montjuïc. Y, claramente, han hecho magia con esta producción.
La Comedia Nacional de Montevideo se sumerge en el imaginario de Federico García Lorca para hacer un alegato en contra del teatro tradicional y apostar por un teatro más auténtico, más real, más visceral. Y, para lograrlo, tienen que “parir” un nuevo teatro, un parto que vemos en escena gracias al símbolo de una vagina gigante por la que salen los nuevos personajes renacidos.
¿El resultado? Un viaje onírico por la mente de Lorca, apasionado del teatro, en el que tienes que dejarte llevar para poder conectar y embriagarte con su simbolismo y su mensaje.
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ToggleEl Público de Lorca, una inmersión en la mente lorquiana y su deseo por un nuevo teatro
Parece mentira que Lorca escribiera El Público en el 1930. Y es que, si actualmente nos acercamos a esta obra, es tan vanguardista, tan moderna y tan radical, que parecería escrita hoy en día. Nos encontramos ante una pieza de metateatro donde el surrealismo, el simbolismo y el lenguaje poético se dan la mano. Estos elementos pueden hacer que el público esté un poco perdido ante la propuesta, pero solo al principio: en cuanto te dejas embriagar por su forma y su deliciosa locura, te enamoras por completo.
Federico García Lorca era un dramaturgo muy popular en su época y estaba acostumbrado a escribir piezas más costumbristas y “comerciales”. Por eso mismo, El Público es una pieza tan sorprendente. En ella, el autor reflexiona sobre la necesidad de crear un teatro más auténtico, fuera de artificios, en el que si hay que morir, ¡se muere! Un teatro que refleje realmente la realidad, un teatro que sea del pueblo, escrito para todos y para todas, donde todo el mundo tenga cabida.
Y, para retratar todo esto, se acude a personajes tan universales como Julieta, que aparece dentro de un jarrón decorativo, como una pieza de museo a la que admirar por su estética y simbología. Pero Julieta quiere dejar de fingir que ama, para amar de verdad. Quiere arrastrarse en el amor de verdad, aquel que no solo tiene versos bonitos y besos húmedos, sino que también tiene dependencia, sufrimiento y dolor (magistralmente interpretado en la escena de los dos personajes de color azul y rojo).
Un alegato a la autenticidad y a la quema de las máscaras (¡pero a qué precio!)
Tenemos que quitarnos la careta para poder vivir de forma plena. Quitarle la careta al teatro y quitárnosla también a nosotr@s mism@s. Solo así, podremos experimentar la vida y el arte de una forma más pura y más auténtica. Pero… ¿a qué precio sale quitarse esa máscara?
Lo vemos en una escena rompedora en la que uno de los amantes se quita la máscara y desea mostrarse tal y como es, con su libertad, con su auténtica esencia. Una escena que viene acompañada de una canción en directo desgarradora donde la artista termina gritando aterrorizada. Porque quitarse la máscara puede ser peligroso, muy peligroso. Al final, te quedas expuesto, señalado, herido y cubierto de sangre. Ese es el precio de ser auténtico en la vida.
El teatro imposible de Lorca
El Público es una de las tres obras que conforman el “teatro imposible” de Lorca. Estamos ante una trilogía onírica donde no el surrealismo se impone en escena. Como dice Marta Pazos, “es un road trip al interior de la cabeza del autor que nos invita a sumergirnos en un mar de sensaciones“.
Y este road trip que han llevado a cabo es un acierto total. Pese a la dificultad de la propuesta, se entiende perfectamente el mensaje que están gritando desde el escenario. La poesía de Lorca nos penetra por los poros y nos emociona, nos conmueve y nos agita. Es una propuesta teatral valiente que nos anima a dejar de mentir y a construir verdades, hacer que Romeo haga pipi o caca y mostrarnos las cosas más feas y menos poéticas de la vida que, al fin y al cabo, son lo que hacen que la vida sea como es.
Una puesta en escena surrealista, colorida y divertida
Marta Pazos y la Comedia Nacional de Montevideo consiguen recrear ese surrealismo en el escenario de una manera muy llamativa. Escenarios con calaveras gigantes, la preciosa vagina y los colores llamativos y cargados de simbología hacen que la propuesta brille con luz propia.
Los momentos musicales le dan un toque de intensidad y de lirismo muy potentes. Así como el vestuario que, sencillamente, es SUBLIME. Hilarante el momento casi al final en el que personajes burgueses que van al teatro se pierden por la sala, “¡Alguna puerta tendrá que ser de verdad!”, gritan y ríen.
Sé que, muchas personas, leerán esta crítica y estarán en desacuerdo conmigo. Cuando salí del Lliure me fijé en que muchas personas estaban con un gesto sorprendido y con cara de “no entiendo nada”. Y es que El Público es una obra en la que te tienes que dejar llevar. No te resistas, no juzgues. Solo escucha y navega por ese universo bajo la arena que Lorca nos propone y con el que quería renovar el teatro.
- Lo que más me ha gustado: La adaptación genial que se ha hecho del texto. Considero que es una obra MUY DIFÍCIL de montar, pero se ha conseguido un montaje llamativo, dinámico y en el que el mensaje se muestra todo el rato.
- Lo que menos me ha gustado: Los personajes de los caballos me cansaron. No acabé de entender su funcionalidad y me parecieron obscenos, demasiado sexualizados.