Crítica: Salomé – Teatre Goya

Crítica: Salomé - Teatre Goya

Cartelera teatro Barcelona

Magüi Mira escribe y dirige «Salomé», una obra de teatro inspirada en la mitología de esta mujer bíblica, conocida por su deseo, por su seducción y por su lascivia. Pero, ¿realmente era así Salomé o no es más que la imagen distorsionada que nos ha llegado a causa de la historiografía patriarcal?

Belén Rueda se pone bajo la piel de este mítico personaje, una mujer sensual, con deseo sexual y condenada a la muerte. Un personaje al que la actriz le da una gran profundidad y que, sobre todo, al final la vemos con un desenlace en el que la sangre, la humillación y la locura se dan la mano.

Salomé de Magüi Mira, una perspectiva feminista de este personaje bíblico

Belén Rueda es la princesa Salomé, hija de la reina y ahijada de un rey puesto a dedo por el sangriento, imparable y guerrero Imperio Romano. Pero esta princesa no tenía nombre, en la historia solamente se la conocía por ser «la hija de», igual que a muchas mujeres a lo largo de la historia cuya presencia únicamente es reconocida por el hombre al que tienen al lado. No fue hasta, al cabo de muchos años, que un historiador le puso nombre y la bautizó como Salomé.

Sin embargo, Salomé es una princesa que no quiere ser princesa; es una mujer que quiere que el mundo cambie, que lleguen tiempos mejores, los tiempos anunciados por Juan Bautista, un rebelde al que tienen encerrado en las mazmorras de palacio. En sus visitas a la celda, veremos cómo los dos personajes están condenados: él por sus ideas revolucionarias, ella por renegar de su linaje. Los dos encadenados a una realidad que rechazan y de la que quieren quitarse los grilletes.

Salomé acude a Juan Bautista para que se liberen mutuamente: ella le arrancará las cadenas físicas y él le arrancará las cadenas espirituales. Pero Juan no quiere ayudarla: la sangre es la sangre. Así que Salomé, empleando sus estrategias, intentará buscar su propia libertad. Ya que él no la puede salvar, se salva a ella misma: se convierte en su propia salvadora.

Este mensaje feminista, en el que la mujer se empodera, grita y denuncia los abusos de los hombres y de la historia, está presente en toda la obra. No solo con Salomé, sino también con la figura de la reina (interpretada por Luisa Martín) cuya historia también está manchada por el machismo. Las dos mujeres silenciadas, aquí alzan la voz para defender su libertad y su lugar en la historia.

Una puesta en escena espectacular

Desde el vestuario, hasta el diseño de luces o las figuras escénicas que se crean ante nuestros ojos, «Salomé» es una obra de arte a nivel estético. El juego de luces, de sombras, las escenas repletas de sangre, de sadismo, el dolor, el deseo… Todos los grandes temas que se hablan en esta obra, están acompañados visualmente de una fotografía impecable.

Además, la música en directo interpretada por la voz de Pablo Puyol le da la obra ese toque artístico, le aporta emoción, le aporta lirismo. Son escenas muy bonitas que nos ayudan a conectar con la pasión del momento y que, además, consiguen darle ritmo a la trama, rebajar el dramatismo y lograr un momento sublime.

Muy buenas interpretaciones, sobre todo, Belén Rueda

Todo el elenco de «Salomé» hace un trabajo brutal: desde los guardias del rey (que le dan un toque cómico y ligero a la obra), pasando por los dos reyes, Luisa Martín y Juan Fernández, (que se comen el escenario con su garra, su fuerza y su comicidad), hasta, Sergio Mur en el personaje más lírico, Pablo Puyol con el más dramático y Belén Rueda, la protagonista.

Pero Belén Rueda se marca un papelón que deja sin aliento. Sobre todo, a medida que la obra avanza. Al principio, nos encontramos a una mujer maltratada por la vida, por la historia y por los hombres. Pero ese dramatismo se convierte en rabia, en fuerza, en fuego, cuando se da cuenta de que nadie la va a salvar; nadie excepto ella.

Y es entonces cuando una enorme Belén Rueda se sube sobre la mesa y se pone a bailar en una coreografía que comienza siendo sexy y termina siendo amorfa. Un baile en el que la mujer se convierte en algo no humano, en algo al que le han despojado cualquier rastro de humanidad para volverse letal, para volverse imparable. Y de esa escena, pasamos a un monólogo final del que no diré demasiado, por eso de no hacer spoiler, pero que, realmente, es ESPECTACULAR.

«Salomé» es una obra de teatro que tiene todos los elementos para triunfar, ¡y lo consigue! Un elenco de primera, una historia interesante y una puesta en escena que parece una fotografía en movimiento. Enhorabuena.

  • Lo que más me ha gustado: Es un espectáculo que supura arte por todos los lados; por la escenografía, la fotografía, el vestuario y la interpretación.
  • Lo que menos me ha gustado: Cuesta entrar un poco en la obra y, sobre todo, en el personaje de Salomé. Al principio, es un poco confuso.

Elia Tabuenca Elia Tabuenca, licenciada en Filología Hispánica por la UNED, con un máster en Periodismo Digital en ESNECA. Vivo en Barcelona y trabajo como periodista cultural. Soy dramaturga y directora de la compañía LetrasConVoz y Laberinto Producciones, me encanta el teatro, la literatura y la música. Llevo más de 10 años trabajando en el sector digital, compartiendo los lugares que más me gustan de Barcelona, así como ofreciendo críticas teatrales, crónicas de conciertos, opiniones de libros y cubriendo las noticias culturales de la ciudad. Tengo un podcast cultural en Spotify titulado "Rumbo a la Cultura" donde ofrezco información quincenal sobre los eventos culturales más destacados de la ciudad. Ver mi Linkedin

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