Crítica: La llamada – El aclamado musical llega al Poliorama

Crítica: La llamada - El aclamado musical llega al Poliorama

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María y Susana son dos adolescentes cualquiera, escapándose de noche de su campamento de verano cristiano para ir a fiestas, y soñando en encontrar la fama con su dúo musical “Suma Latina”… hasta que María empieza a soñar en algo más grande: en Dios, concretamente. Un Dios con una voz divina – como es de esperar – que parece comunicarse exclusivamente a través de canciones de Whitney Houston. ¡Un argumento singular, por así decirlo!   

La Llamada sube al escenario del Poliorama de Barcelona tras un éxito espectacular que ya lleva años, y tanto la popularidad del proyecto como el trabajo puesto detrás se hacen notar en todos los aspectos.

La Llamada: un disparate tierno y divertidísimo

La Llamada llega a Barcelona pisando fuerte. Tan fuerte, de hecho, que puede que los vecinos de abajo suban a llamar a la puerta… y terminen por unirse a la fiesta.

Dejando de lado sus (muchos) fans, a quien nadie tiene que convencer, la sinopsis del musical quizás no parezca del gusto de todo el mundo. El argumento es algo disparatado, y el musical cumple exactamente con lo que promete, nada más ni nada menos. Aunque trata de una temática controvertida sin tomarla nada en serio, quienes piensan encontrar una sátira mordaz hacia la iglesia están equivocados. También estarán equivocados quienes esperen una respuesta a los elementos más absurdos de la historia, pero ni lo uno ni lo otro se puede calificar de defecto: La Llamada está hecha, simplemente, para disfrutar, y entiende perfectamente su objetivo.

“Just roll with it”, dirían los ingleses, y es que el espectador de La Llamada solo tiene que ponerse cómodo y seguir la corriente a lo que pasa sobre el escenario. Nada de cuestionamientos ni reflexiones. Si alguien quiere buscar simbolismos en las dinámicas de poder entre Dios y Whitney Houston – ¿significa esto que Whitney Houston era una especie de profeta? ¿puede que una tercera venida de Cristo en la Tierra? – es cosa suya. La Llamada está aquí para hacerlo pasar bien.

Y esto lo consigue con creces. Tanto el guion como los personajes y las interpretaciones que hacen de ellos unas actrices – y actor – sublimes son divertidísimos desde el minuto uno. Aunque no parezca que la historia de para mucho, las dos horas de espectáculo se hacen cortas entre risas y aplausos, y no hay un solo momento que sobre.

Interpretaciones y música: la ternura del humor

A través de las fenomenales interpretaciones de su reparto, La Llamada consigue alcanzar el equilibro perfecto entre reírse de sus personajes y cogerles cariño al mismo tiempo.

Pese a todos sus elementos cómicos, el musical queda lejos de dar una visión patética o ridícula de sus personajes religiosos – Hermana Milagros y Hermana Bernarda – y aunque el guion tenga obviamente mucho que ver, la extraordinaria interpretación de las actrices, capaces de provocar risas cuando toca y despertar ternura en ciertos momentos más íntimos – a menudo enlazados con una canción – es digna de mencionar.

Al tratarse de una gira, el elenco del musical cambia según la fecha, por lo que me abstendré de alabar largamente a los actores que tuve la oportunidad de ver, pero no podría dar la crítica por terminada sin por lo mínimo mencionar el excelente trabajo de Roko en su Hermana Milagros.

La joven Marta Sango fue también extraordinaria en una Susana divertidísima y con una voz que acompaña perfectamente su fuerte carácter, y Raoul encarnó de forma sublime a un Dios carismático de sonrisa encantadora y voz para convertir a cualquiera – ¡los “uaus” del público tras cada una de sus interpretaciones de Whitney son testigo!

El reparto entero y la banda que lo acompaña musicalmente es uno de élite, y nadie saldrá del teatro decepcionado no importa el día.

Escenografía e iluminación

Puede que quienes tengan conocimiento de la película sin haber visto el musical se pregunten como funciona la escenografía para acompañar a la historia. Esta cambia muy pocas veces, con un solo cambio notable hacia el final, pero tanto el atrezo como la decoración hacen los pequeños cambios más que suficientes para el desarrollo de la historia.

Algo que ayuda muchísimo al acompañamiento del argumento es la iluminación y los efectos de luz. Estos dan tanto naturalidad en los momentos ordinarios, como intimidad en los personales, y efectos dramáticos – y/o divinos – en los momentos más espectaculares de modo inmejorable. Un gran ejemplo de ello es la escena en la discoteca, con la que los técnicos de luz demuestran de forma insuperable el arte de crear espacios distintos y separados en un solo escenario.

Un musical para satisfacer a todos (incluso a los menos fans de los musicales)

Los más amantes de los musicales seguramente notarán algo digno de mencionar, y es que La Llamada es un musical sin gran cantidad de canciones, priorizando así el diálogo hablado por encima del cantado. Muchas de las canciones son, además, versiones de canciones de Whitney Houston, lo que reduce aún más el número de canciones originales.

Esto puede ser muy buenas noticias para el sector del público menos fan de los musicales en los que predomina la música el 90% del tiempo, pero los amantes del género tampoco tienen que temer. La Llamada consigue de todas formas retener aquella esencia particular del género de la comedia musical a través de su teatralidad, sus interpretaciones, y su música.

El único elemento que puede que falle un poquitín para el segundo tipo de espectador es el hecho que La Llamada consta con solo una canción cantada por el elenco entero, y se trata además de una – fabulosa, eso sí – versión. Personalmente, me hubiera gustado tener una de aquellas grandes canciones tan típicas del género a la cual asociar inmediatamente el nombre del musical sin tener que compartir la asociación con otra cantante (aunque si es Whitney Houston se lo perdonamos todo), pero este es un detalle tan menor que realmente no daña a la calidad del musical en su totalidad, ¡especialmente teniendo en cuenta lo genial que “Step by step” suena!

Así que ya sabes, si no has oído aún la llamada de La Llamada, escucha bien otra vez y dirígete al Poliorama por una noche perfecta para pasarlo genial, reír, cantar, y bailar con la comedia romántica más extraña del mundo. Y es que para citar las sabias palabras de la Hermana Bernarda: “¡La música hace milagros, Milagros!”


  • Lo que más me gustó: Lo divertidísima que es. Está garantizado que pasarás un gran rato.
  • Lo que menos me gustó: ¡Casi nada! Me hubiera gustado tener un par de canciones más, pero esta soy yo siendo quisquillosa.

Crítica: La llamada - El aclamado musical llega al Poliorama

Elia Tabuenca Elia Tabuenca, licenciada en Filología Hispánica por la UNED, con un máster en Periodismo Digital en ESNECA. Vivo en Barcelona y trabajo como periodista cultural. Soy dramaturga y directora de la compañía LetrasConVoz y Laberinto Producciones, me encanta el teatro, la literatura y la música. Llevo más de 10 años trabajando en el sector digital, compartiendo los lugares que más me gustan de Barcelona, así como ofreciendo críticas teatrales, crónicas de conciertos, opiniones de libros y cubriendo las noticias culturales de la ciudad. Tengo un podcast cultural en Spotify titulado "Rumbo a la Cultura" donde ofrezco información quincenal sobre los eventos culturales más destacados de la ciudad. Ver mi Linkedin

Un comentario:

  1. Fernando Santambrogio

    Un musical, para ser bueno, tiene que tener, basicamente buenos cantantes y buenas coreografias. La llamada carece de coreografias y las cantantes, bueno…
    El argumento carece de sentido, sumamente basico y poco desarrollado.
    He visto muchos musicales en mi vida y este, ciertamente, queda muy por debajo de la media.

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