Los Chicos del Coro el musical que ha superado los 150 mil espectadores en su temporada en Madrid, llega a Barcelona. Basado en la película que en 2004 fue nominada a los Oscars, a los premios Bafta y ganadora de dos premios César, el musical Los Chicos del Coro llega bajo la dirección de Juan Luis Iborra.
Los Chicos del Coro, el musical nos sitúa en un Internado, con un insensible Director y un Profesor entusiasta
Francia, 1949. Un internado repleto de niños y adolescentes que sufren, entre otras cosas, la insensible dirección de Rachin y al cual llega Clément Mathieu como nuevo profesor para transformar sus vidas.
Esta podría ser, grosso modo, el resumen más resumido de la historia y no es más que la punta del iceberg.
Confieso que no he visto la película (aún) por lo cual me senté entre el público sin muchas nociones de la historia. Me gusta hacerlo así, como un papel en blanco. Y salí de allí con el papel decorado con múltiples y emotivos colores.
Un musical en Barcelona lleno de belleza y emoción
Lo primero que me impresionó del musical Los Chicos del Coro fueron los decorados. Tanto estos como el cuidado vestuario te transportan sin moverte a un ambiente de posguerra y melancolía que, sin esperarlo, se ilumina cada vez que el Coro alza sus voces.
Cuando esos intérpretes entonan a coro, el sonido que se produce conecta con eso que tú traes al teatro y resulta un momento ideal para dejarse ir desde lo que sabes, a lo que sueñas.
Desde el público te ves invadida por la ingenuidad, la alegría y la risa que se escapa con los diálogos de la obra. Pero también por los sentimientos de rabia y desesperanza que, con una calidad maravillosa, los actores interpretan generosamente. Tanto es así que, al menos en mi caso, no pude evitar emocionarme e intentar secar la lágrima con disimulo.
El peso de una obra que resulta liviano para el público gracias a los actores
Y es que, no en vano, la interpretación adulta cae en manos de actores de la talla de Manu Rodríguez, Chus Herranz, Xisco González, Eva Diego o Rafa Castejón. Ellos encarnan al profesor enamorado de la vida y la madre que siente esperanzas a su pesar; el que fue un niño del internado y decidió quedarse para proteger a los que vinieron detrás; la Directora que cuida y quiere y el Director que ni cuida, ni quiere, ni sabe como hacerlo.
El tono de rabia sube en Los Chicos del Coro con el brillante trabajo de Iván Clemente como el mayor de los adolescentes, el que se enfrenta a sí mismo y al mundo entero para apagar la tristeza y el miedo que hay en su interior.
Pero también el adolescente que quiere experimentar a toda costa, el niño que aún espera a su padre, el que siente que la vida no le está resultando como esperaba, y más, se ven personificados en los chicos del internado gracias a un grupo de intérpretes que merecen una mención especial.
No puedes evitar sorprenderte de la profesionalidad y las cautivadoras voces de estos niños que, con tan pocos años de experiencia, pueden tocar la última fibra de tu cuerpo con su calidad vocal y su frescura.
Y es que sin ellos no habría musical. ¿Quiénes, si no, serían Los Chicos del Coro?
- Lo que más me ha gustado: La interpretación actoral y vocal.
- Lo que menos me ha gustado: Que no durara más.
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