Dante y Virgilio en el infierno: análisis

Dante y Virgilio en el infierno: análisis
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Si jamás habéis viajado a un país extranjero con costumbres lo suficientemente diferentes para experimentar lo muy acertadamente llamado “choque cultural”, puede que la siguiente obra pictórica os hable. Y es que, además de la inspiración infernal obvia, la obra de la cual os hablaremos hoy tiene bastante que ver con viajes, y con “choques”, tanto ópticos, como físicos, como “culturales” – si es que podemos considerar el infierno como un país con cultura propia…

Hoy en Espectáculos BCN nos atrevemos a ir más allá de la literatura, observando su interacción con otro tipo de arte – el de la pintura, por si no era obvio – y haciendo un análisis de “Dante y Virgilio en el infierno”, la famosa obra de William Bouguereau

Análisis de «Dante y Virgilio en el infierno» de Bouguereau:

De casi tres metros de altura, el adjetivo “impactante” se queda corto para describir la fenomenal pintura de «Dante y Virgilio en el infierno». Théophile Gautier, escritor, poeta y crítico de arte de mediados del siglo XIX (el que aclamaba aquello famoso del “arte por el arte”) acertó verdaderamente en su descripción de ella:

Gianni Schicchi se echa encima de Capocchio, su rival, con una extraña furia, y entre ambos combatientes se establece una lucha de músculos, de nervios, de tendones, de dentellados, de los que el Sr. Bouguereau ha salido con los honores. En este lienzo hay dureza y fuerza. ¡La Fuerza, calidad escasa!

Sería difícil dar una mejor introducción a la obra, por lo que damos las gracias a nuestro amigo Gautier y pasamos directamente a la disección artística de la pintura.

Ficha artística

  • Autor: William Bouguereau
  • Cronología: 1850
  • Técnica: óleo sobre lienzo
  • Tamaño: 2,81 x 2,25 m
  • Estilo: academicismo (neoclasicismo/romanticismo)
  • Temática: literaria
  • Localización: Museo de Orsay (París)

Breve biografía del pintor

William-Adolphe Bouguereau (1825-1905) fue un artista francés, pintor prolífico y uno de los máximos representantes del academicismo. Estudió en la École des Beaux-Arts de París, y gracias a su trabajo, recibió el Grand Prix de Rome, una beca que le permitió ir a estudiar a Roma.

Al volver a París, su obra fue rápidamente reconocida por el Salón de París, y su prestigio creció entre las clases altas. Llegó a ser miembro de la Academia francesa de Bellas Artes, y su arte academicista gozó de mucha popularidad entre la burguesía, cosa que le ganó enemigos entre los emergentes pintores de las vanguardias.

“Dante y Virgilio en el infierno” es en realidad una excepción entre su amplio repertorio pictórico, constituido principalmente de temáticas mitológicas y figuras femeninas, a menudo desnudas, y temas clásicos. Esta es la primera y última obra de Bouguereau en la cual el pintor trató esta temática de horror.

Descripción formal de «Dante y Virgilio en el infierno»

La pintura muestra en primer plano dos figuras masculinas desnudas que se encuentran en medio de una bestial y violenta – y a la vez sensual – pelea. La mayor parte de la iluminación del cuadro recae sobre ellos. El personaje pelirrojo ataca al moreno clavándole la rodilla en la espalda, arañándole la piel, y mordiéndole el cuello con una brutalidad feroz.

Al lado izquierdo de la obra, en segundo plano, se encuentran dos personajes más, observando el combate, horrorizados. Detrás de las dos figuras principales se divisa una multitud de cuerpos desnudos en una violenta composición, incluyendo el cuerpo más detallado de un hombre al suelo. La posición de este consigue formar una línea diagonal que atraviesa la obra, guiada por la mirada de las figuras de la izquierda, pasando por las cabezas de los combatientes, y llegando a su fin en la cabeza del hombre al suelo. Finalmente, la figura de un demonio observa la escena por encima de todos, conectando el conjunto de personajes de forma horizontal mediante sus alas extendidas, que rompen con la composición en X del centro.

La línea recta vertical formada por los dos personajes de la izquierda contrasta con el dinamismo en la composición de los cuerpos de los combatientes. La línea curva formada por el cuerpo entero de la víctima se encuentra en directa yuxtaposición con las más agresivas líneas rectas y diagonales del cuerpo del atacante, lo que acentúa aún más la violencia y la brutalidad del ataque.

La perfecta representación de la musculatura de los cuerpos desnudos demuestra las habilidades pictóricas de Bouguereau, y su capacidad de combinar fuerza muscular, furia y movimiento.

Por lo que hace al color, predominan los tonos cálidos del beige, los marrones, y los rojos y naranjas típicos del infierno, que enfatizan la ferocidad de la escena, aunque subordinados a la oscuridad general que envuelve a los dos protagonistas.

Tema de «Dante y Virgilio en el infierno» y significado

La temática de la obra, como hemos comentado, es la representación de una escena literaria. Se trata concretamente de la llegada de Dante y Virgilio al octavo círculo del infierno, reservado para los falsificadores e impostores, en el célebre Infierno de Dante, primera parte de su obra maestra La Divina Comedia. En este poema épico, Dante realiza un viaje a través de todos los círculos del infierno, guiado por su ídolo Virgilio, quien por su parte también había escrito uno de los poemas épicos más conocidos de todos los tiempos: la Eneida.

Virgilio y Dante aparecen representados con sus vestimentas características: una toga y corona de laurel para el clásico Virgilio, y el atuendo rojo típico de Dante.

Por lo que hace a las dos figuras principales, estas representan a Gianni Schicchi (el mordedor), un hombre que robó la identidad del rico y ya fallecido Buoso Donati para conseguir su herencia; y a Capocchio (el mordido), hereje y alquimista que fue quemado públicamente. Aunque la ferocidad del episodio es indiscutible, una cierta naturaleza erótica yace en la iluminación directa de los cuerpos desnudos y en el carácter físico y animal de su posición.

El demonio, sonriendo desde su posición superior a todos los otros personajes de la escena, sirve para recalcar los horrores del infierno.

Función de la obra

Si esta pintura en particular se distingue del resto del repertorio artístico de Bouguereau, es porque el pintor francés la creó con una finalidad concreta: la de ganar el Prix de Rome. Habiéndolo intentado ya en dos ocasiones anteriores, la apuesta de Bouguereau con este cuadro fue atrevida, y ciertamente entendemos su intención de impactar al jurado, pero su intento fue otra vez fallido. Meses después, el joven pintor francés ganaría por fin su anhelado premio con “Zenobia encontrada por pastores en las orillas del Araxes”.

Ya sea porque la influencia clásica de su posterior estada en Italia afectó para siempre a su pintura, o porque el tema escogido había sido solo con la esperanza de ser del gusto del jurado, Bouguereau no volvió nunca a representar escenas de una tal violencia, centrándose en pintura hecha para el gusto de su público burgués.

Modelos e influencias

Bouguereau fue uno de los máximos exponentes del arte académico o academicismo, un estilo artístico influenciado por los estándares impuestos por la Académie des Beaux-Arts francesa.

Aunque esta obra en concreto se diferencia mucho del resto de su arte, podemos encontrar en ella una fusión de los estilos artísticos neoclásicos y románticos, que normalmente influenciaban a la pintura academicista.

Pese al dramatismo y dinamismo de las figuras principales, la composición de las figuras en el cuadro, así como la temática literaria renacentista evocan al movimiento neoclásico, así como la perfección de la musculatura de los cuerpos – aunque un poco exagerada a causa de la ferocidad de la acción – que podría recordar a la anatomía de Miguel Ángel.

El movimiento, dramatismo, la expresividad facial y la agresividad bestial del combate son características más propias del romanticismo. También lo es el carácter oscuro de la temática, con figuras monstruosas, y el uso del color y de la luz.

Ante una lucha tan horriblemente representada, uno no tiene que esforzarse mucho para imaginar el poderoso choque que una tal pintura causa sobre el espectador. Y es que puede que esto de morder cuellos sea más cultura de Transilvania que del infierno, pero los ingleses con su conducción al revés no tienen nada que ver con el choque “cultural” que tanto Dante y Virgilio como el espectador mismo sufren al observar tal escenario.

Desde Espectáculos BCN no os recomendamos un viaje al infierno – ¡aunque sí uno al Museo de Orsay! – y suponemos que el octavo círculo hubiera recibido 0 estrellas en TripAdvisor, si Dante y Virgilio hubieran tenido Wifi allí abajo.

Si te has quedado con las ganas de conocer más sobre la literatura clásica, incluido el gran poema épico de Virgilio que tanto adoró Dante, te animamos a leer nuestros artículos sobre los poetas romanos más importantes, o las mejores obras clásicas.

 

Elia Tabuenca Elia Tabuenca, licenciada en Filología Hispánica por la UNED, con un máster en Periodismo Digital en ESNECA. Vivo en Barcelona y trabajo como periodista cultural. Soy dramaturga y directora de la compañía LetrasConVoz y Laberinto Producciones, me encanta el teatro, la literatura y la música. Llevo más de 10 años trabajando en el sector digital, compartiendo los lugares que más me gustan de Barcelona, así como ofreciendo críticas teatrales, crónicas de conciertos, opiniones de libros y cubriendo las noticias culturales de la ciudad. Tengo un podcast cultural en Spotify titulado "Rumbo a la Cultura" donde ofrezco información quincenal sobre los eventos culturales más destacados de la ciudad. Ver mi Linkedin

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