Mejores escritores de cuentos argentinos

Mejores escritores de cuentos argentinos

Todos hemos tenido esos momentos en los que necesitamos un escape, una ayuda para despegarnos un rato de la realidad. Y nada mejor que un libro, y nada mejor que un cuento que nos permita viajar rápidamente desde el asiento. Desde Espectáculos BCN te traemos las mejores recomendaciones literarias. Aquí te presentamos los mejores escritores de cuentos argentinos.

Conoce a los escritores de cuentos argentinos más imprescindibles

La cuentística es un género literario exigente para quien escribe y para quien lee. La capacidad de contar una historia y conmover en pocas líneas es un arte. Y la capacidad de apreciar todos los matices, símbolos y referencias que puede cargar cada frase ciertamente también lo es.

La narrativa argentina es una de las más feroces productoras de cuentos. Si, feroces, porque en una región donde la cuentística es la senda predilecta, convertirse en hito amerita una lucha feroz. A continuación, vamos a repasar brevemente la cuentística argentina y los mejores escritores de cuentos argentinos

Jorge Luis Borges

Escritor filosófico o filosofo, letrado más importante de la nación gaucha. Borges desarrolló la capacidad de narrar conceptos profunda y complejamente filosóficos en menos de 20 páginas. Sus ficciones inquietantes y poéticas son el legado de un hombre que aprovechó sus flaquezas y las volvió narrativa.

Sus textos sí, es verdad, son complejos, laberínticos y a veces inescrutables, pero Borges siempre vale el esfuerzo. Vale la pena tomarse el tiempo para descifrarlo, para acariciar cada frase hasta desenredarla. Es un maestro de la composición narrativa y su obra cuentística es notoria. Además del Aleph – de los más famosos- El otro, es una de sus obras cuentísticas más aclamadas.

En El otro, Borges demuestra el poder de las palabras bien escritas. En poquísimas frases nos delinea idea compleja sobre otra. La metalepsis que cada frase nos presenta es una forma de quebrar el límite entre narrador- protagonista y finalmente entre narrador- lector.

Julio Cortázar

Si, Julio Cortázar es un cuentista maravilloso y prodigo que convulsionó la literatura latinoamericana. Y, más allá de eso, fue un conceptualizador y renovador de la técnica cuentística.

Su escritura, aunque similar a la de Borges en la fantasía y complejidad, se dedicó más al ámbito de lo cotidiano que a la filosofía. Y al contrario de Borges, siempre se mantuvo al otro lado de la acera, navegando contra la corriente estilística, encorsetamientos y limitaciones de cualquier tipo.

Casa tomada es una de estas obras en las que indaga en lo inquietante y enigmático de lo cotidiano. El cuento anida en la sensación de invasión que provoca un elemento extraño en la cotidianidad de dos hermanos. El nudo del cuento combina la intrusión, la impotencia, y las fases que nos atraviesan cuando nuestra realidad es trastocada. Es, sin dudas, un emblema de los mejores escritores de cuentos argentinos

Roberto Arlt (1900-1942)

Roberto Arlt es otro de los mejores escritores de cuentos argentinos. Nacido en Argentina, representante fundamental del grupo de Boedo y padre de la novela moderna y urbana en el país. El alma aventurera de Arlt viajo muchos kilómetros, lo que lo inspiró a crear una narrativa fluida y nutrida. El criador de gorilas, recoge 15 de sus más audaces cuentos donde plasma sus impresiones tras sus viajes a través de África, Medio oriente y Europa.

La irracionalidad de la barbarie, la sangrienta forja civilizatoria, personajes plagados de experiencias feroces se concentran en sus páginas. Odio desde otra vida es uno de sus cuentos más emblemáticos y combina el misticismo, la pasión y el odio en un solo hilo narrativo.

Rodolfo Walsh

Su vida, intensa y trágicamente vinculada a la política argentina, buceo entre la ficción y el periodismo. Este peregrinar entre la realidad y la imaginación colma toda la narrativa. Su desaparición en 1976 coartó una de las voces más lúcidas e interesantes de la nación sureña.

Con un tinte bastante autobiográfico, sus cuentos exploran la tensa línea que siempre une – o desune- al intelectual y la política, sobre todo la hegemónica. Esa mujer es su cuento más emblemático. El discurso del cuento se construye a través de una conversación entre un periodista y un oficial del servicio de inteligencia retirado. Walsh enarbola una de las máximas de los cuentistas modernos: lo fundamental de una historia es lo que no se cuenta.

Walsh trabajó durante años como periodista en casos históricos en Argentina, incluyendo el de la desaparición del cadáver de Eva Perón. El texto, como todos los suyos, juega a caminar en la cuerda floja entre la realidad y la ficción.

Silvina Ocampo

Una de las cocreadoras de Antología de la literatura fantástica, texto básico de la literatura latinoamericana. Silvina rompe el molde de la evocación infantil al componer personajes y escenarios cargados de crueldad, violencia y humor negro en torno a las experiencias de sus personajes: niños y niñas en una eterna búsqueda.

¿Qué buscan? Eso es lo que define su literatura, la mirada primigenia hacia temas como la verdad, la identidad o el sufrimiento.

Samanta Schwebling

Exponente de la nueva literatura argentina. No es un clásico argentino -todavía-, pero Mujeres desesperadas es un diamante en bruto. La pluma siempre certera y muy visual de Schwebling no escatima en imágenes poéticas y reflexivas. Puede que su formación en el mundo audiovisual le ayude a experimentar con la fotografía narrada que abunda en sus textos.

Hacia la alegre civilización de la Capital es uno de sus más premiados textos y nos habla, como muchos en su obra, sobre la espera. Hombres y mujeres, sin distinción, nos vemos esclavizados al tiempo, a la rutina y a la espera misma. La libertad, el fin de la espera, nunca supone una vuelta a la normalidad o a la felicidad.  Schwebling lo sabe y lo inocula en todas sus letras.

Breve contexto del cuento argentino

Iniciando el siglo XX, dos grupos colmaron Buenos Aires, capital del país y de la literatura en esa época. El grupo de Florida y el de Boedo, dos de las zonas más populosas de la ciudad. El grupo de Florida estuvo siempre vinculado a la vanguardia europea, nuevas tendencias y la exploración del oficio artístico. Su producción, con una tendencia al estilismo y elitismo, estuvo plagada de versos.

El de Boedo, por otro lado, se vinculó profundamente a la producción literaria protestataria y asociada a problemas sociales. La cuentística y la novela fueron la forma de expresar su preocupación y exploración.

La convulsa política argentina empezó a causar estragos en la literatura desde la década de los 30. La ensayística tomó fuerza, la no ficción proponía el entendimiento de la dura realidad nacional. La división simbólica entre la argentina tradicionalista y la modernista rebosó las páginas de los escritores. El cuestionamiento del lugar del intelectual en ese escenario fue otra de las puntas de lanza de la época.

La literatura contemporánea argentina

En lo que podría parecer, en principio, refugio ante el vendaval político y simbólico del país surge la literatura fantástica. Surgen iniciativas como la de Borges y Ocampo por amasar la producción fantástica. El género policial toma impulso como el abrazo entre lo ficcional y lo especulativo. Este último, de hecho,  emerge como una de las potencias literarias nacionales.

La dura situación pos conflictos bélicos en Europa incrementó la llegada de inmigrantes y exiliados a la nación sureña. La literatura se vio fuertemente influenciada por la ola europeizante e introdujo más profundamente la temática social. A mitad de siglo la producción literaria se había volcado a la discusión sociopolítica. La literatura jugaba más rudamente con los límites entre la ficción y la no ficción.

La dictadura militar en los 70 dejó una literatura asolada por el luto y el exilio. Paradójicamente, también la colmó de brío y atrevimiento. Rodolfo Walsh es uno de los mayores protagonistas en este periodo.

Legado el boom latinoamericano, la juventud literata pudo recoger los frutos de la internacionalización. Cortázar y esta generación introdujeron la innovación, la ruptura definitiva con las formas tradicionales y la experimentación en la literatura. La nueva estética se apropió de técnicas de otras áreas como la historia, la sociología y la psicología.

La nueva literatura argentina es la digna heredera de sus características históricas. La experimentación narrativa y la disconformidad con las casillas de géneros plaga la producción nacional. Y la literatura con carácter reflexivo, disconforme y crítico sigue siendo el tenor de la temática literaria.


 

Aimara Villanueva Soy editora y correctora desde hace más de 10 años, investigadora, redactora y una voraz lectora. Generadora de contenidos y Content manager desde hace 5 años. Soy egresada como Licenciada en Letras mención Políticas culturales de la Universidad Central de Venezuela, con diplomados y cursos en edición y ruta editorial. Finalista en festivales internacionales. (Margarita, 2011). Ver mi Linkedin

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