Crítica de Elia Tabuenca
Nota: 9 sobre 10
El mundo de las apariencias, el paso inagotable del tiempo, la magia de la naturaleza y, cómo no, el amor romántico que nos vuelve a todos un poco locos pero que, en el fondo, es el mejor de los estados en los que una persona puede (y quiere) vivir. Estas son las máximas sobre las que se cierne la nueva propuesta de la compañía Parking Shakespeare que con «Al vostre gust» se ha superado, la verdad.
El entorno no podía ser mejor: un círculo de árboles del parque de l’Estació del Nord. Parece que esa construcción esté puesta ahí precisamente para eso, para acoger las obras de teatro de Shakespeare que adoran la naturaleza, la libertad humana y el amor, por encima de todas las cosas. Y la compañía Parking Shakespeare ha logrado transmitir todas esas pasiones con una propuesta vacía de atrezzo, desnuda de decorados pero llena de pasión.
Cabe destacar que la actuación de todos los actores de esta obra de teatro de Barcelona es impecable. Pero siempre hay alguien que te llama más la atención, alguien que por su energía, por la simpatía que desprende su personaje y por su presencia escénica, consigue eclipsarte. En mi caso, ha sido el actor José Pedro García Balada a quién este invierno ya vimos en el papel de Eduard II en el Tantarantana y me dejó, también fascinada.
Al vostre gust es una comedia de Shakespeare en la que se habla sobre el mundo de las apariencias y en la que el amor es el pulso que late bajo cada palabra, bajo cada diálogo. Esta compañía ha logrado transmitir ese mensaje, manteniendo el tono del dramaturgo inglés, manteniendo su mensaje pero actualizando la puesta en escena, de ahí que los actores vistan de un modo actual y contemporáneo.
En esta obra de teatro de Barcelona todo está bien pensado: las salidas y entradas de los actores, el cambio de escenas, el ritmo trepidante… Es increíble ser testigo de cómo se puede hacer tan bien una obra de teatro con la espontaneidad y la naturalidad de estar todos juntos (actores y público) en el mismo plano, sin bambalinas, sin telones y sin nada más que unas enormes interpretaciones que consiguieron que la gente se levantara de su incómodo asiento para aplaudirles de pie, como se merecen.
Además, un punto muy positivo de este grupo de profesionales en mayúsculas, es que se mueven bien en muchos registros: el drama lo bordan (momento a destacar el del destierro de las primas) pero el de la comedia ya es espectacular. Es muy difícil hacer reír a la gente y, más aún, cuando presentas una obra tan despojada de decorado como hace Parking Shakespeare pero lo consiguen, ¡vaya si lo consiguen!
Al final de la representación, la gente solo puede tener una gran sonrisa en los labios y aplaudir a esta compañía de teatro que es capaz de hacer teatro del bueno en la calle, para todo el mundo y difundiendo la obra de Shakespeare. Me quito el sombrero.
Lee la entrevista que le hicimos a Pep Garcia-Pascual, director artístico de Parking Shakespeare