Un año más el Salón del Manga de Barcelona organizado por Ficomic en la Fira Barcelona llega a su fin. El evento que miles de personas esperan cada año parece que tarde bastante en llegar pero pasa volando. Como ya es costumbre ha vuelto a batir un récord de asistencia y estoy segura de que si hubiera más entradas a la venta y lo permitiera el aforo, seguiría aumentando el número de visitantes, 150.000 respecto a los 148.000 del año anterior. XXIV ediciones de éxito que auguran que el Salón del Manga de Barcelona va a seguir mejorando y creciendo cada vez más.
Una nueva (y exitosa) edición del Salón del Manga
Este ha sido uno de los años que más he disfrutado de este evento de manga, anime y cultura japonesa en Barcelona. Y no tiene nada que ver con que TV3 me preguntase de qué iba disfrazada, a lo que tuve que responder que se equivocaba, que yo solo iba de acompañante de A17 y A18 (los androides de Dragon Ball) a los que acabaron entrevistando después de que la periodista se diera cuenta de que quizás había metido la pata conmigo.
Lo cierto es que atrás queda la Farga de l’Hospitalet -anterior espacio dónde se celebraba-, las largas colas para acceder al recinto, el tumulto de gente asfixiante que te impedía caminar con normalidad y el plantearse dónde comer. No puedo dejar de mencionar que la zona gastronómica ha sido, en mi opinión, una de las mejores ideas que se han tenido para reforzar el salón, aunque este año su ubicación no acababa de contentar a los stands de comida.
El espacio para la comida se situó en el segundo piso del palacio 2 y aun cuando había un gran espacio vacío justo en frente no había ninguna mesa. No las encontré hasta que ya había comido como pude en el suelo apoyándome en la pared como muchos otros. El misterio de las mesas se resolvió en cuanto nos dimos cuenta de que estaban situadas en el palacio 3, cerca sí, pero ligeramente escondidas.
Como no podría ser de otra manera siempre hay algo de polémica. Por un lado, es aconsejable comprar la entrada con antelación, ya que debido a la venta online se agotan con rapidez. Esto de hecho, ya lo sabíamos de otros años pero siempre pasa. Por otro lado, y lo que más enfurece a los visitantes es que ya no se permite salir y entrar de la fira desde hace un par de ediciones contando esta.
Gracias a ello, viéndolo desde otro punto de vista, al vaciarse el recinto las taquillas se pueden volver a abrir, de esta forma gente que no pudo obtener la entrada desde un principio tiene de nuevo la oportunidad de comprarla. Pese a todo esto, el Salón del Manga de Barcelona ha ido mejorando sin duda.
El Salón del Manga de Barcelona, un lugar para todos
El Salón del Manga es para todos y todas, no entiende de edades, ni de géneros ni de procedencia, todo el mundo tiene un espacio donde poder participar y esto es otra cosa que se ha ido mejorando con la evolución de sus múltiples ediciones.
Este año Ficomic creó el espacio infantil Manga Kids que incluía actividades más orientadas a los niños como pintacaras, mesas de dibujo, inflables, deportes, talleres relacionados con el manga y series como Shin-chan o Doraemon, que los más pequeños podían disfrutar junto a sus mayores.
Asimismo, la zona Nintendo, uno de los patrocinadores de este evento en Barcelona, organizó sus concursos y dejó probar varios juegos y consolas de su catálogo siendo la estrella Nintendo Switch, el producto ahora mismo que tiene más peso dentro de la empresa. Incluso se han podido practicar deportes como judo, aikido, jujitsu, kendo sin olvidar deportes más conocidos como el karate en el llamado Espai Budo.
Como en cada edición también ha habido un gran espacio para exposiciones, un lugar más tranquilo donde relajarse y aprender sobre una cultura que es cada vez más conocida pero que tiene mucho que enseñarnos. Sin olvidarnos de los conciertos, charlas, sesiones de firmas, talleres de cocina, origami, cerámica, jardinería, pintura… y concursos como la final española del Clara Cow’s Cosplay Cup, un sinfín de actividades prácticamente imposibles de realizar en su totalidad, la oferta es una maravilla.
El precio al alza
El gran número de actividades, nuevas editoriales, nuevos mangas, nuevas películas y series de animación demuestran que el manga y el anime siguen en auge y lo que en su día fue una minoría es ahora un fenómeno imparable que, desgraciadamente, es cada vez más caro. Recuerdo que cuando era pequeña el precio de una figura rondaba los 20-30€ de media mientras que ahora lo difícil es encontrar algo que valga menos de 25€ y tenga una calidad en la pintura y el material medianamente decente.
Afortunadamente este año no he visto productos falsificados -suelen tener un precio menor pero los detalles dejan mucho que desear- y eso es una buena noticia, parece que cada vez se vigila más la aparición de copias chinas de mala calidad. Otro de los temas delicados es la entrada que es cada vez más cara y el descuento con carnet de estudiante y derivados es cada vez menor. Se premia la venta de entradas anticipadas y el abono de los 4 días que sale mucho más a cuenta. Al Salón del Manga ya no se puede ir un solo día, hay que disfrutarlo como unas vacaciones o un viaje interestelar al mundo de la imaginación y la cultura japonesa.
Quizás con los años lo que más me gusta del Salón del Manga de Barcelona es que la gente sea ella misma, y aunque dentro se pueden escuchar comentarios del estilo “debe oler fatal dentro de esos pijamas” o “los abrazos gratis dan grimilla”, por norma general la gente acepta mucho más la libertad que tiene cada visitante de vestir como desea. En el Salón del Manga se respira ilusión, magia y sobre todo diversidad.
Este año además pude ver a una de las cantantes japonesas que escuchaba en mi adolescencia, Nana Kitade, que no me defraudó en absoluto y me ayudó a darme cuenta de que los años pasan y a pesar de ello quiero seguir sintiendo esa magia.
¡Nos vemos el año que viene!