Dentro del ciclo dedicado a Samuel Beckett se presenta una adaptación de cuatro textos breves del autor y cuyas protagonistas son mujeres. Sergi Belbel ha juntado estas obras y ha creado el espectáculo Beckett’s ladies, una propuesta diferente en la que el público deberá ir cambiando de sala para ver los distintos relatos.
Sílvia Bel, Míriam Iscla y Rosa Renom son las tres actrices que se pondrán bajo la piel de los personajes creados por Beckett. Mujeres olvidadas, silenciadas y que viven sin vivir se nos presentan en escenarios muy oscuros, casi tétricos, y con una ambientación de ultratumba.
Beckett’s ladies llega a la Sala Beckett con Sílvia Bel, Míriam Iscla y Rosa Renom
Passos, No jo, Bressol y Anar i tornar son las cuatro piezas que conforman el espectáculo de Beckett’s ladies, obras que tienen diferentes duraciones (30 minutos, 15 minutos, 8 minutos…) y que, tal y como anuncia el título, nos presentan a las mujeres de Samuel Beckett. Mujeres inmovilizadas, mujeres que viven en un bucle, mujeres que viven sin vivir. Más que mujeres, parecen títeres que se presentan en un escenario oscuro y con una ambientación siniestra que estremece y entristece al mismo tiempo.
La idea de la que parte Beckett’s ladies es realmente muy buena. Pero no se puede decir lo mismo del resultado final. El espectáculo en general es aburrido. La inmovilidad de los personajes y el bucle en el que viven hace que las escenas no tengan apenas ritmo y que se vuelvan larguísimas y estáticas.
Cuatro piezas breves que se deben valorar de forma independiente
Sinceramente, ni «Passos» ni «Bressol» me gustaron. La puesta en escena sí, el vestuario sí, la presencia de las actrices y su energía sí. Pero la escena no. Y no es por el contenido del texto, es por el montaje: las voces tan pausadas, las escenas repetitivas y la inmovilidad hacen que la breve escena se haga larga y pesada.
Pero «No jo» y «Anar i tornar» sí que me parecieron muy acertadas. Sobre todo la primera, «No jo», interpretada por Miriam Iscla y que tanto la ambientación, como el trabajo de la actriz y el ritmo son alucinantes. Esto permitió que el mensaje de la escena quedara muy claro desde el principio y que el espectador estuviera casi hipnotizado por lo que ocurría sobre el escenario.
«Anar i tornar», la escena con la que concluye Beckett’s ladies es sencillamente brillante. Pocas palabras y pocas acciones bastan para comprender todo lo que les ocurre a las protagonistas, mujeres que, pese a que lo intenten, están muertas en vida. El vestuario y el movimiento escénico de esta escena es impecable.
En resumen, Beckett’s ladies es una obra que parte de una idea buenísima y muy llamativa. El montaje de la obra en sí misma (los diferentes espacios a los que se desplaza el público), la ambientación y el vestuario son originales y sorprendentes. Pero en algunas escenas se ha pecado de excesivo inmovilismo y repetición, algo que ha hecho que el conjunto del espectáculo tenga un ritmo demasiado lento y el resultado final sea un tanto confuso.
Soy también un apasionado del mundo del teatro y no recuerdo nada tan horrorosamente aburrido como esta obra, tanto que decidí salir a la tercera parte. Yo tuve la sensación de que me estaban tomando el pelo, buscaba por si había en alguna parte alguna cámara oculta para dejar constancia de las reacciones del público, pero no, ahora el arte es esto: un plátano pegado en la pared con cinta aislante. Pueden seguir así , pero yo me apeo, dejé de ir al Lliure por tanta «modernidad» y me temo que haré lo mismo con los demás teatros. Es una pena.
Es un montaje muy arriesgado y hay opiniones de todo tipo… A mí tampoco me convenció. Lo vi repetitivo y aburrido pero hay gente a la que le entusiasmó… La magia del teatro es esta, todas las opiniones son buenas. Pero en esta ocasión, comparto tus sensaciones.