Crítica de Melisa Coloiera
Nota: 6.5 sobre 10
Ilusionados como niños nos dirigimos a ver el nuevo espectáculo de Pep Bou que se estrena en el Teatro Tívoli de Barcelona; Bombollava, un show de pompas de jabón que se promueve como lo más refrescante en cartelera, completamente visual acompañado de música.
La primera función como era de esperar, convidó a mucha gente a través de las promotoras a asistir por lo que el teatro estaba bastante lleno. El show comenzó sutil, con una puesta en escena sencilla: dos músicos, uno en piano, otro en bajo y Pep Bou con su tubo para hacer pompas y el jabón. Detrás; una pantalla pasaba una película animada muy minimalista de línea simple y que si bien en alguna parte del espectáculo aporto algo, creemos que podría haber sido mejorable.
Al inicio del Bombollava podemos decir que gozaba de cierta poesía visual el observarle hacer pompas, llenarlas con humo, hacerlas con mucha pericia y delicadeza volar, elevarse o moverse casi sin ser tocadas con un simple cambio del aire. Pero algo sucede durante el show: la música siempre monótona se torna irritante, algunos experimentos no le salen al primer intento y la espera es demasiado adormecedora.
Si bien hay que reconocer que el show mantuvo atentos a los más pequeñines de la sala (y parece tener allí su mejor público); los adultos en cambio hemos padecido cierto aburrimiento. También un punto que ha jugado en contra quizás es que el teatro es muy grande y éste tipo de espectáculo donde hay que ver como un hombre hace experimentos con pompas, si no se ve de cerca uno pierde detalles importantes. Pep Bou fue haciendo experimentos más complicados, con pompas cada vez más grandes y el show tuvo momentos de relucientes pompas gigantes pero nada que no se pueda ver doblando esquina en pleno barrio del Borne o en el Parque de la Ciutadella, salvo algún juego con luces y humo.
Bombollava duró casi una hora y media y acabó con un aplauso poco motivado. En cuanto al humor, alguna carita, algún reírse de sí mismo pero no se vive como un show humorístico, el humor no ese al que en entregas anteriores de sus trabajos nos tendría acostumbrados.
En conclusión creemos que es un show que enriquece la cartelera actual por el hecho de poder asistir en familia y tener opciones para llevar a los niños que se lo pasan bien. Ésto dada la proliferación de espectáculos y monólogos de lenguaje no apto todo público es bueno y necesario, sobre todo en verano cuando los niños hacen vacaciones. En éste caso lo podríamos recomendar. Para público adulto se torna soporífero pero si se es un ilusionado de las pompas de jabón recomendamos sentarse lo más cerca posible. Creemos que en una sala pequeña éste show podría ser de mejor visionado. No fue el caso en Teatro Tívoli.