Nota: 7 (sobre 10)
Joan Ollé sube al escenario del Teatre Nacional de Catalunya uno de los textos más conocidos de Shakespeare: «El somni d’una nit d’estiu«. La versión que propone el dramaturgo se aleja de la esencia inicial del autor anglosajón para adentrarnos en una obra donde se enfatiza el toque humorístico y donde la lírica romántica de Shakespeare queda en un segundo plano.
La pieza que Joan Ollé ha subido al escenario es una obra dinámica, divertida y con una puesta en escena espectacular. Las escenas del bosque brillan con luz propia por su trabajada escenografía, los personajes bien interpretados (sobre todo el trabajo de Pau Viñals que hace un buen trabajo personificando al duende) y por la música en directo de un pianista que está permanentemente en escena.
El grupo de artesanos de «El somni d’una nit d’estiu» son los máximos encargados de conseguir tildar la obra como una comedia en mayúsculas; además, la elección del vestuario consigue enfatizar el aspecto humorístico creando personajes caricaturescos y ridículos. Durante la presentación de la obra de los artesanos asistimos, además, a una crítica hacia el espectador de teatro actual (tosiendo, abriendo caramelos, susurrando…); esta anécdota es genial y muy divertida.
Sin embargo, el texto de William Shakespeare es un texto que quiere mostrar la convivencia entre el amor y el erotismo, incluso se ha llegado a considerar esta obra como la más erótica del dramaturgo inglés. Y esto, en «El somni d’una nit d’estiu» del TNC no se aprecia en ningún momento. No hay erotismo, no hay lirismo, no hay el Shakespeare más auténtico. Está el argumento, la comedia y los personajes de Shakespeare pero la esencia real de esta obra no aparece por ningún lado.
«El somni d’una nit d’estiu» del TNC es una propuesta diferente. Abre bien la mente y disponte a viajar al mundo de Shakespeare redescubriendo a sus personajes desde otra perspectiva. En resumidas cuentas, el resultado es acertado, diferente y sorprendente, la verdad.
