Crítica de Melisa Coloiera
Nota: 7.5 sobre 10
Con el nombre de La sonrisa del felpudo se presenta el monólogo de Miguel Ángel Marín en el Teatreneu de Grácia. Un monólogo que cumple su función: hacer reír. Y lo hace con un lenguaje basto, sin tapujos, escandaloso y por momentos soez, pero que hasta al más recatado le saca una lágrima (de risa).
Y es que usando una astucia rápida para la improvisación, el monologuista consigue la complicidad del público; llevándonos a una vertiginosa sucesión de ocurrencias, acerca de temas ginecológicos, escatológicos y muy variopintos. Pero si nos sonrojamos ¡será por la risa! Un disparate total que también abarca los clichés entre hombres y mujeres con anécdotas de su propia vida.
Aspectos positivos de este monólogo de Barcelona
- La cercanía con el público y la frescura que transmite
- El poder interactuar con el cómico
Aspectos negativos del monólogo
- Que se permitan niños. No recomiendo el monólogo para niños y en la función los había, lo que a uno se le hacía algo violento, puesto que se usan términos muy descriptivos no aptos para menores. Quizás deberían advertirlo en taquillas.
Al finalizar La sonrisa del felpudo se pueden hacer fotos con Miguel Ángel Marín, conversar, o permanecer acabando las consumiciones, se hace ameno y distendido. El Teatreneu para aquellos que no lo conozcan, es un multiespacio con teatro y bar integrado en pleno corazón del barrio de Grácia.