Una de las piezas claves de la narrativa breve de Baricco llega a La Seca bajo la dirección de Genoveva Pellicer. La bella historia que narra la vida de un pianista que vive toda su vida dentro de un barco se instala ahora sobre el escenario de este teatro barcelonés.
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1. De todas las obras que tiene Alessandro Baricco, ¿por qué “Novecento”?
Baricco tiene poco teatro escrito y Novecento es un monólogo precioso.
2. “Novecento” es una de las piezas cortas del autor italiano con más intensidad poética y filosófica que ha escrito. ¿Has mantenido esta esencia sobre el escenario o la has adaptado al lenguaje teatral?
Si perdíamos esa esencia, destruíamos el texto de Baricco. Ése ha sido nuestro reto: no traicionar el espíritu y la poesía del texto.
3. De todos los mensajes que Baricco plasma en su obra, ¿cuál es el que para tú ha sido más decisivo a la hora de montar el espectáculo teatral?
Quizás el que marca nuestra propuesta escénica. “No estem bojos quan trobem la manera de salvar-nos. Som com animals afamats”.
4. La voz narrativa de tu obra lo has hecho recaer en el mismo narrador de la novela. ¿Querías ser fiel al original?
Sí.
5. Continuando con la pregunta anterior: el narrador de Baricco es un narrador que en ningún momento de la obra es descrito. ¿En que te has basado para la creación física de su imagen?
He querido ir hacia el lado opuesto de la imagen que se transmite de Novecento. Buscar la antítesis. Buscar un personaje vitalista, un “bon vivant”.
6. ¿Cómo describirías, en una sola frase, el “Novecento” que nos presentas ahora en La Seca?
“En el Virginian, hacia América”.
7. ¿Qué crees que aportas a la obra de Baricco?
Creo que lo único que se puede aportar a este texto es no destruirlo. Hemos intentado encontrar los elementos escénicos y dramáticos que hagan que el espectador navegue por el océano en el Virginian y se impregne de ese viaje poético. Hemos intentado mantenernos, como los funambulistas, en esa línea floja para no caer en el melodrama. Si lo hemos conseguido, ha de ser el espectador quien lo diga.
8. Y, finalmente, ¿si fueras uno de los personajes de “Novecento”, quién serías?
Cuando leí la obra, por supuesto hubiera apostado por Novecento. Al empezar los ensayos y cobrar vida el amigo, el trompetista, empezamos a quererlo…y me empezó a gustar. Por lo tanto sería “El Trompas”, como le llamamos cariñosamente.